boyfriend ➳ michaeng

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Mina regresó a su casa cargando con un par de bolsas para el desayuno. Seguramente Jeongyeon ya había llegado a su casa y estaría con una Nayeon completamente bañada en lágrimas de felicidad por su regreso. Claro, ella perfectamente pudo haber sido cupido en su otra vida, siempre ayudando a los demás cuando ella ni siquiera podía con sus propios problemas.

Insertó la llave en la cerradura y abrió la puerta. Con esfuerzos dejó en la cocina las compras y se dirigió a la sala de estar, encontrándose a sus dos amigas acurrucadas una contra la otra. Yoo cepillaba con delicadeza los rojizos cabellos de su mayor mientras que la otra por su parte sólo se limitaba a rodear con sus brazos a Jeongyeon por la cintura.

La imagen era tan entrañable que a la dueña de la casa le dió pena el romper la pequeña burbuja en la que se habían encerrado.

—¿Quieren algo para el desayuno?— Preguntó en voz baja, un susurro apenas audible para las otras dos.— Puedo preparar algo, si quieren.

No pudieron evitar sonreír ante aquello. En verdad, Myoui Mina a pesar de todo lo que había vivido parecía un ángel para ellas, ayudando con sus problemas y escuchando cuando más lo necesitaban. Y justamente por eso, no dudarían en defenderla de quien fuera que tuviera la intención de dañarla.

Incluso intentaron una vez vivir juntas las tres, querían alejar a su amiga de su hermano, con ayuda de Sana, pero todo había sido descartado por la actitud reacia de sus padres. Desde entonces, sólo trataban de evitar contacto con el chico.

—¿Qué tal si nos quedamos a ver una película las tres mientras desayunamos?—Propuso Nayeon mientras se levantaba de su asiento con emoción.— Hace mucho que no hacemos eso.

—Si, eh— La japonesa rascó su nuca con nerviosismo.— Creo que no podré.

Yoo enarcó una ceja interrogante.

—¿Por qué?— La mayor de las tres frunció el ceño.

—Porque...—Tragó saliva mientras retrocedía un paso dispuesta a correr si era necesario.— Momo me ha invitado a una cafetería.

—¿¡Cómo pudiste aceptar algo como eso!?— Nayeon movía sus manos de manera frenética, siendo detenida al instante por Jeongyeon.

—Quiere disculparse conmigo.— Se excusó.

—Nayeonie.— Le llamó la menor para después girarse hacia la japonesa.— Sólo hablarán ¿Verdad?

Mina asintió.

—Hablé con Sana también, ella estará un par de mesas lejos de nosotras.— Avisó.— Así que no deben de preocuparse por nada.

Las palabras dichas dejaton a Im sin más opción que aceptar su decisión, ya podía estar más tranquila por lo menos.

Las tres amigas se dirigieron a la habitación de la japonesa con un par de paquetes de galletas en manos, en busca de ropa para ponerle a Myoui pues había insistido en un cambio de ropa.

Según su lógica, si Sana estaba presente, Dahyun estaría con ella y (si tenía mucha suerte) quizá Dong estaría allí.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando un pantalón holgado se estrelló contra su rostro, causando que un puchero se formará en sus labios sin poder evitarlo. No le gustaba esa prenda para nada.

—Quiero verme bien hoy.— Murmuró para sí.

—¿¡Por qué!?— Escupió Im con indignación.

—Porque seguramente DoDo estará ahí también.— Su tono de voz bajó de nuevo.

Jeongyeon se llevó una mano a su mentón, pensativa.

—Cuando gustas de alguien...— Comenzó.— Haces todo lo posible para que esa persona te encuentre atractiva.

Su mirada recayó en Im quien se encogió de hombros recelosa, siguiendo con su tarea de buscar algo de ropa para su amiga. No le agradaba la idea de que su mejor amiga se reuniera con Momo.
No después de lo que había hecho.

—Así que...— Parecieron iluminarse sus ojos por un instante y exclamando preguntó.— ¿Te gusta Dong?

Mina se quedó sin habla, recordando todo lo que habían pasado ambos y como su estómago sentía un cosquilleo cuando pensaba en él.
Pero eso no era posible, se suponía que ella gustaba de chicas.
Si era así... ¿Por qué con Dong se sentía diferente?

Sopesó las ideas.

Gustaba de chicas, si, y quizá de muchachos que solo llevaran el nombre de Dong.