boyfriend ➳ michaeng

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Cuando llegó a su casa, no pudo evitar soltar un suspiro de anhelo al recordar todo lo que había vivido aquella tarde junto a la japonesa, todas aquellas risas y miradas discretas que se lanzaban de vez en cuando, sintiéndose en una auténtica cita.

Arrastró sus pies perezosa hasta la cocina, encontrándose ahí a su madre cocinando algo para la cena.

—Hola mamá.— Saludó la menor mientras se acercaba para depositar un pequeño beso en la coronilla 

—Buen día, cariño. —Devolvió el saludo  la mujer mientras seguía con su labor.—¿Quieres un poco? Tu padre llegará en poco tiempo.

Chaeyoung negó con la cabeza con una sonrisa.

—Ya he cenado algo.

Se dirigió hasta la sala de estar y se lanzó al sofá mirando al techo. Suspiró.

La imagen de Mina pasó nuevamente por su mente. Fragmentos de toda la tarde pasada con ella. Soltó un pequeño grito nervioso al recordar cuando por accidente sus labios casi se rozan con la mejilla de Mina, casi en la comisura.

Tan cerca.

Volvió a chillar, llamando esta vez la atención de su madre, quien, curiosa, se había aparecido por la puerta.

—Déjame adivinar.— Se cruzó de brazos a la vez de que una casi imperceptible sonrisa ladina aparecía en sus labios.— ¿Mina?

Las mejillas de la menor de las Son se ruborizaron y su madre al notarlo Naeun soltó una carcajada, había dado en el clavo.

—Esa Myoui debe de traerte loca.— Le codeó la mayor mientras tomaba asiento junto a su hija.—Deberías de traerla un día, a tu padre y a mí nos encantaría conocerla.

Naeun sonrió con ternura.

—Hablo en serio, Chaeyoung.—  La mayor de las Son le apretujo contra sí.— Quiero conocer a mi futura nuera.

—Mamá.—Exclamó la de cabellos cortos mientras tomaba uno de los cojines y se cubrió la cara con él alargando la última vocal, con el bochorno creciendo a cada segundo.

Cuando sintió que su dignidad ya estaba perdida levantó su vista, su mirada encontrándose al instante con la de su madre.

—La quieres mucho ¿Verdad?— Preguntó la mujer acariciando su mejilla.

Por un tiempo, no llegó a comprender del todo las preferencias de su hija, hasta hace poco. Nunca había notado a su hija de esa manera y le hacía tan feliz el notar su mejor ánimo. Para sus adentros, agradecía profundamente a la japonesa que hacía que Chaeyoung sonriera así, y eso era todo lo que importaba.

La menor asintió de manera lenta, con timidez y algo apenada porque al fin lo admitía con otra persona que no fuera Dahyun.

Soltó un bostezo.

 —Creo que me iré a dormir ya. Estoy demasiado cansada.—Se despidió Chaeyoung tallando sus ojos recibiendo un asentimieto de cabeza por parte de su progenitora junto a un "Dulces sueños" para después dirigirse a su habitación.

Se tiró a la cama, exhausta, con las palabras de su madre aún resonando en su cabeza.

Quizá si le traía loca.

Y era porque, aunque no lo admitiera en voz alta aún, cada gesto, acción o frase dicha por aquella japonesa de negruzcos cabellos sólo causaban que algo dentro de ella creciera y que a su vez se impregnara en su corazón.

Estaba enamorada de Myoui Mina.