Un año, ese era el tiempo en el cual tu y Min Yoongi habían revelado sus sentimientos como toda chica sueña:
-¡Tu cara es tan fea que me da ganas de besarte!
-¡Pues hazlo, idiota!
Si, todos unos románticos.
Ahora estaban sentados en la camioneta, discutiendo sobre el largo de tu vestido, o mejor dicho, el no-largo de tu vestido.
-Sabes que me he puesto atuendos más cortos- dijiste-, y eso no te había importado.
-Que no lo dijera no significa que no tuviera ganar de partirle la cara a todos los que te quedaban viendo...-susurró con su ceño fruncido.
Reiste y tomaste ambos lados de su cara.
-Min Yoongi- llamaste como militar-, ¿eso que percibo son celos?- dijiste con una sonrisa traviesa.
-¿Te has juntado con Jin?.- respondió.
-Creo que voy a vomitar.- interrumpió Jungkook observando la escena desde el puesto trasero.
-Tu calla rata.- respondió el dulce Yoongi.
Sin seguir pensando en ello, bajaron del auto.
Todos caminaron como si de modelos se tratasen, tal vez porque en cierto modo era de esa manera.
Tomaron asiento en la mesa indicada y disfrutaron de show.
Sin percatarte muy bien, viste a Daniel acercarse.
Ambos se habían hecho amigos cuando él había chocado contigo accidentalmente en una premiacion. Él estaba tan avergonzado que no pudiste evitar sonreírle.
Volteaste y volviste a saludarlo, pero él se mantuvo serio. Esto te asustó un poco así que decidiste que lo buscarías cuando tuvieras oportunidad.
Aprovechaste el momento de la fotografía para ir hacia él, pues te preocupaba su estado.
-¿Estás bien?- preguntaste claramente preocupada.
-No. Desde que nos chocamos no puedo evitar pensar en ti, en tu sonrisa y en esos hoyuelos que me vuelven loco. No estoy bien, T/N, porque no puedo seguir ocultando mi amor en amistad. Sé que no soy quien mereces o esperas, y que tal vez me vez como amigo pero debo hacer esto.
Entonces, te besó.
No fue dulce, fue salvaje, desesperado, ansiado; tu intentaste separarte de él, lograndolo con éxito luego de aplicar bastante fuerza.
Lo miraste con lágrimas en tus ojos por la fuerza que había utilizado en su cadera, estabas segura de que iban a quedar marcas.
-L-lo siento, T/N, yo...
Pero sus palabras no pudieron ser completadas.
El tranquilo Min que conocíamos se había ido, siendo sustituido por el más puro sentimiento de furia.
Tu novio iba a atacar al menor, sin embargo rápidamente lo abrazaste, impidiendo que pudiera golpear a Daniel.
Lo tomaste de la mano y corriste hacia un lugar más tranquilo.
-Sé que debes estar muy molesto, pero debes creerme- suplicaste-. Yo no lo besé, ni siquiera sabía de sus intenciones. Por favor, yo solo...
Y te derrumbaste. Caíste en el suelo sollozando levemente, creyendo que todo había acabado. Pero había algo que no tomaste en cuenta: Min no es como cualquiera.
-Lo sé. Lo vi todo- aclaró acercándote a su cuerpo-. Y si de todas formas no lo hubiera presenciado, te hubiera creído T/N. Te amo y te conozco desde que eras una cría. Hemos convivido por tanto tiempo, hemos aprendido el uno del otro y comprendo tu miedo. Al principio dudé, sin embargo me dije: ¿sería ella capaz de hacer algo así?. Y sé que no lo eres- suspiró-. Mocosa insegura. ¿Cómo podrías creer que yo te iba a dejar solo por un idiota?, existen muchos de ellos y ninguna como tú.
