—¡Noona!— gritó Huening Kai desde el interior de la sala de ensayos.
Te detuviste. ¿Cómo te había llamado?
—¿No-noona?— preguntaste con total expresión de shock.
Noona, nunca habías pensado en ti como en alguien mayor. Estabas acostumbrada a los mimos de los mayores, y que ahora tu tuvieras que compartir la atención, regalos y felicitaciones... Bueno, no era algo que te agradara particularmente.
—Pensé que podía llamarte así, ¿no eres del...?
—¡Entiendo! Y si, puedes llamarme así... Solo no lo digas en frente de los demás chicos. Jungkook comenzaría a llamarme así.— pediste mientras sentías un escalofrío bajar por tu espalda.
YeonJun ingresó en la sala. Al verte te sonrió y pudiste ver cómo sus mejillas enrojecian un poco.
—Sunbaemin, ¿qué hace aquí tan temprano?— preguntó manteniendo un lenguaje formal.
-Ah, realmente este hyung se esfuerza demasiado. Ayer no paraba de practicar tu coreografia de...
—¡Eh! Maknae, ¿por qué no vas a ver a TaeHyung? Estaba buscándote para ver un proyecto de la escuela.
—Bien, nos vemos noona.— se despidió con una adorable sonrisa y tu te esforzarte por sonreírle de vuelta.
Noona... Ya estabas vieja.
—Así que, ¿Estás practicando Shot?— preguntaste inclinando un poco tu cabeza.
¿Por qué debían ser tan altos?
—Ehh, bueno sí. Pero aún tengo algunos pasos que aclarar...
—Bien, adelante. Estoy a tu servicio, oppa.— hablaste, y cuando era demasiado tarde, te diste cuenta del error que habías cometido.
¡Era YeonJun! Enrojeciste, estabas tan acostumbrada a llamar así a los miembros de BTS que habías sistematizado tu vocabulario. Choi era menor que tu por un mes, pero el error radicaba más en la manera tan cariñosa en que lo habías pronunciado.
Y es que no se sabía quién estaba más rojo, él, tu o JungKook.
Jeon había ingresado en la sala justo cuando habías pronunciado esa palabra. Aquella manera de llamar que sólo utilizabas con él. Entró y sonrió como si nada. Suspiraste, el drama se olía en el aire.
—Hyung.— lo saludó el más joven de la sala.
La cara de Jeon fue amable, somo siempre carismático, sin embargo la vena que se asomaba por su cuello no opinaba lo mismo.
Reíste en voz baja, era hora de cobrar venganza.
—¿Qué haces aquí?— preguntaste mientras te ponías al lado de YeonJun.
—Venía a practicar.
—Oh, en ese caso creo que deberías buscar otra sala porque estoy a punto de darle algunos consejos a nuestro donsaeng— avisaste mientras revolvías le cabello a Choi.—Realmente soy demasiado altos. Esta generación...
—Pertenecemos a la misma generación, Noona.— rió.
JungKook se quedó estático, tu no lo habías notado demasiado, hasta que repetiste la oración en tu mente. Jeon iba a molestarte hasta el fin de tus días.
Sin embargo, su reacción no fue lo que esperabas. Al contrario de molestarte, estaba celoso. Él no podía decirte así con una razón más allá de la gracia, es cambio Choi era libre de hacerlo bajo tu concentimiento.
—¿Noona?— preguntó tragando saliva.
De verdad ibas a divertirte molestando a Jeon durante un buen tiempo.