—Noona.— te llamó Huening Kai.
Suspiraste con una sonrisa en tu rostro. Él era demasiado tierno.
También demasiado alto.
Miraste hacia arriba y el maknae te abrazó, tenían una muy buena relación, más que su amiga parecías su hermana mayor y esto era debido a los lazos que habían creado gracias a ser extranjeros.
Lo abrazaste de vuelta.
—¿Quieres comida?
Él asintió.
Te pusiste un delantal y comenzaste a cocinar. Él ayudaba con todo lo que podía, lo cual no era mucho. Sin embargo, apreciabas la ayuda del chico, sobretodo porque sus ocurrencias siempre te hacían sonreír.
—Huening... ¿T/N noona?— preguntó SooBin entrando al apartamento.
—Creo que ésto te va a gustar.
Y sacaste los panes del horno.
Los ojos del líder se iluminaron inmediatamente y no tardó mucho en tomar una de tus creaciones para llevársela inmediatamente a la boca para degustar la delicia que estaba aún muy caliente.
—Está muy bueno.—dijo como pudo aún con el pan en sus cavidades bucales.
—¡SooBin! ¿Te llevaste mi camisa?
Volteaste y viste a Yeonjun...
Sin camisa.
Al caer en cuenta de ello, tus mejillas se enrojecieron y volteaste de nuevo. Él no tardó en ocultarse tras un mueble, muy apenado y con una sonrisa incómoda. Había algo entre ustedes dos, en especial cuando admitiste que amabas el baile del menor y que te parecía bastante tierno.
—No-noona.
—Hola... — balbuceaste apenas.
SooBin y Kai se dieron una mirada.
—Oh no— gritó de repente el maknae—, hyung, tenemos que seguir practicando ese paso de la coreografia...
—¡Si!— le siguió la corriente—, nos iremos.
Tu teléfono comenzó a sonar y divistaste a TaeHyung a través de la pantalla. Él te saludó efusivamente como solía hacerlo.
—¡T/N! Mira que grande estás...
—Nos vimos hace dos horas, Tae.— dijiste riendo.
JiMin llegó al ataque y se lanzó sobre Kim para quitarle el teléfono, entonces su rostro ocupó toda la pantalla, intentando ver qué había detrás de ti.
O mejor dicho, quién.
Sus búsquedas no dieron resultado y finalmente te habló.
—¿Cómo van las cosas con los chicos?— preguntó con una gran sonrisa.
Les mostraste los deliciosos panecillos que habías hecho y los pasteles de arroz que estaban en proceso.
—¿Con quién hablan?— preguntó una adormecida voz.
Era JungKook.
Con rapidez, se acercó a la pantalla y te saludó, entonces se quedó helado.
¿Por qué Yeonjun estaba detrás de ti SIN CAMISA?
—Voy para allá.
TaeHyung y JiMin se dieron cuenta un poco después de la imagen que había visto Jeon. Sus ojos se abrieron hasta más no poder.
Jungkook no iba a ser el único que fuera a visitar a los chicos.
