-"Nunca lo lograrás".
-"Eres latina, despierta. Nadie te va a aceptar".
-¡No!- gritaste.
La horrible pesadilla te azotaba de nuevo. Giraste en tu cama, que ahora parecía incómoda y fría. Definitivamente no ibas a poder dormir en un largo rato.
Ellos jugaban conmigo. Era una perfecta y falsa muñeca.
Suspiraste e intentaste pararte, pero habías perdido demasiada energía cuando tuviste el ataque nervioso. Sentiste una sensación extraña en las piernas pero aún así seguiste caminando hasta llegar al pasillo.
Ahí te desplomaste, las lágrimas, el sudor y los temblores hacían imposible la tarea de sostener tu cuerpo de nuevo.
-¡T/N!- gritó en susurro Jungkook.
Tu solo intentaste hacerte más pequeña, no quería que viera lo débil que podías ser.
-Estoy... Estoy bien. Sólo ve a dormir.- aseguraste.
-No soy tonto, T/N- contestó-. Odio que todos me subestimen por ser menor, pero... Solo quiero ayudarlos, y... No sé como...- susurró con lágrimas gruesas cayendo por sus ojos.
Entonces me miraste como sí fuera real.
Me hiciste sentir real.
En la oscuridad, ambos se abrazaron. Transmitiendose el calor que necesitaban.
Ambos eran demasiado jóvenes para estar expuestos a un mundo tan despiadado, pero ese era su sueño.
-Lo siento, por todo... Si ustedes no tiene éxito por mi luego de esto... Yo...- trataste de disculparte.
-No. Tú eres maravillosa, y si ellos nos pueden entenderlo, no es tu problema.
-Sabes muy bien que así funciona este mundo, Jungkook.
-Entonces creemos unos juntos. Un mundo donde todos seamos reales.
