Alguien Como Ella | TERMINADA

Algo Nuevo

-Qué hermoso momento- Mario comenzó a aplaudir exageradamente interrumpiendonos -Me gustan los reencuentros.

Calle bufó por ese comentario y se separó rápidamente de mí.

-Debemos irnos- me pidió mirándome a los ojos.

-Esta bien- asentí confundida por esa repentina acción. Giré mi cuerpo para ver a Mario -Nos vemos- elevé mi mano en modo de despedida.

-Hasta pronto, Poché- dijo imitando mi movimiento -Recuerda lo que te dije de mi trabajo- añadió de brazos cruzados.

-Lo tendré en mente- caminé hacia la puerta y salí de ahí junto a Calle.

Estando ya fuera del edificio, me quedé en la acera viendo hacia todas partes en busca de algo... Algo que todavía no se que es. Calle comenzó a caminar hacia una dirección contraria a la mía, me di cuenta de eso y la seguí tratando de alcanzarla ya que va con un paso apresurado.

-¿Calle?- la trate llamar intentando detenerla o que disminuyera su paso -¡Calle!- le grité. Ella se detuvo y giró con mala cara -¿A dónde vamos?

-A encontrar a mí papá, se quedó en un tráfico- explicó rápidamente y comenzó de nuevo su caminata.

-¿Y cómo llegaste acá entonces?- le pregunté siguiendo su caminar hasta por fin estar a la par de ella.

-Use el método de las piernas- confesó, yo la mire reprimiendo una sonrisa -Sí, aunque no lo creas, corrí.

-¿Tanto así querías venir por mí?- le pregunté con una ceja alzada en modo de burla.

-No, quería ver a Luis él del pan- contestó de mala gana -Obviamente boba, pero no creas que lo hice por ti sino por tu papá- mencionó con su mirada en todos lados.

-¿Qué... qué tiene mi papá?- la tomé de los brazos obligándola a que me miré. Mi corazón comenzó a acelerarse, ¿le pasó algo malo?

-Quita esa cara- ella apachurro mis mejillas haciendo que la soltará, me queje levemente -No le paso nada malo, solo le mentí un poco, nada grave.

-Explica bien desde antes, casi me da algo- suspiré aliviada -Bueno, no quiero imaginarme como mientes, así que es mejor llegar cuanto antes a casa- dije apartando sus molestas manos de mi rostro.

Seguí la acera e intenté cruzar la calle pero fue detenida por su mano tomando la mía.

-Por ahí no es, ¿hasta cuándo me seguirás?, es por allá- señaló otro camino -Mi papá nos espera- giró sus ojos.

Ella me guío como una mamá lo haría con su hija al ir por un helado o llevándola al colegio, tomadas de la mano, aunque debo admitir que tengo un poquito de pena con las personas que se nos quedan viendo fijamente, ¿tan extraño se ve esto?

-La verdad pensé que llegaste rápido por Mario- hablé deshaciendo el incómodo silencio... para mí.

-Ugh no me lo menciones, desde que lo ví nunca me ha terminaba de convencer y lo sigue sin hacer- confesó con su mirada todavía enfrente.

-¿Lo dices por qué nunca te habló?- pregunté interesada en su respuesta.

-¿Y a mi que me importa si me habla o no?- contestó molesta -Solo no me cae bien.

-Las primeras impresiones a veces son erróneas, ¿sabías?- mencioné.

-A veces, tu lo has dicho- respondió con toda la razón.

-¿Entonces hubieras preferido que acabará con un total desconocido?- me atreví a preguntar.

-Elijo otra opción, hubiera preferido que no acabarás con nadie sino en tu casa- respondió tranquilamente viéndome de reojo -Así me hubieras ahorrado la mentira y haber venido por tí hasta acá- terminó de decir.