Alguien Como Ella | TERMINADA

Hace Tres Años Pt. 2

—¡¿Lista para hoy?!— le pregunté con una gran sonrisa mientras me daba media vuelta para verla.

Estaba mirándome en el espejo, quería ir lo más presentable posible al bar donde me juntaría con mis amigos.

—No lo sé— ella contestó con su vista en el suelo, no parecía muy animada con el plan.

Matu ya estaba vestida para salir. Tenía una camisa de tirantes negra dejando ver sus tatuajes, un pantalón descolorido con rotos y botines negros.

—¿Cómo que no sabes? Me prometiste que irías conmigo al bar con los chicos— me crucé de brazos comenzando a molestarme.

—Sí, lo recuerdo, pero sabes que a mi no me gustan demasiado esos lugares, su ambiente no me atrae— ella confesó jugando con sus manos, parece angustiada —Y no creo que sea lo más conveniente que yo vaya, no conozco a esos amigos tuyos, y no quiero sentirme incómoda al lado de ellos.

—Mis amigos son tus amigos— dije tratando de alentarla a que viviera conmigo, pero no surgió efecto —Vamos Matu, hazlo por mí, por favor, por favor, por favor— junte mis manos mientras le rogaba dando pequeños saltitos, en verdad quiero que vaya.

Mi papá me había dejado salir después de muchas súplicas, y no quería que eso fuera en vano, así que tenía que salir si o si, pero decidí que Matu me acompañará, era la única persona que le tenía la confianza suficiente para que me cuidará, no quería cometer ninguna estupidez pasadita de tragos.

—Anda, solo será un ratito, hazlo por mí, ¿sí? Quiero despejarme de todos los problemas que tengo en casa— mencioné mostrando mi mejor cara de súplica.

Eso es verdad, cada día tenía una nueva pelea con mi papá para adjuntar en mis récords de discusiones consecutivas.

—Está bien, solo porque se como la estás pasando de mal— ella dijo dándose por vencida y no contuve mi chillido de victoria —Pero ya lo dijiste tú, solo será un rato, no quiero llegar a mi departamento demasiado tarde, Poché.

—Te lo juro, regresaremos temprano— sonreí mientras juntaba las palmas de mi mano.

—Bien, iré por mi chaqueta a mi habitación— avisó antes de perderse por los pasillos.

—¡Rápido que no tenemos todo el día!— grité entre risas.

(...)

Habíamos llegado a las afueras del bar en el carro que le había dado el papá de Matu a ella para que se transportara más fácil de su trabajo a su departamento, pero esta vez fue usado para llegar más rápido a la diversión.