Alguien Como Ella | TERMINADA

Café

POV POCHÉ

—¿Cómo le dirás?— le pregunté con voz temblorosa. Respire hondo para poder disipar los nervios.

—Ni yo lo sé— respondió viendo a Paula ir por toda la tienda con montones de ropa en sus brazos.

—¿Estás segura de esto?— la miré angustiada, no quiero que se sienta presionada para decírselo, quiero que se sienta verdaderamente lista.

—Si— respondió mirándome —Contigo a mi lado estoy segura de todo— tomó mi mano y le dio un ligero apretón. Yo le sonreí agradecida.

—¡Chicas!— Paula apareció de repente haciendo que las dos diéramos un brinco del susto —¿No se probarán nada?, Hay demasiada ropa linda aquí— dijo volviendo a ver toda la tienda de nuevo. Nosotras reímos por su actitud.

—¿Qué dices?— Calle me miró.

—¿Qué digo de qué?— alcé una ceja sin entender su pregunta.

—¿Viste algo bonito que te haya gustado?— preguntó riendo levemente.

—Sí— asentí con la cabeza, como niña obediente.

—¿Así?, ¿Cómo qué?— ella comenzó a ver por toda la tienda tratando de descubrir que llamó mi atención. Lo que ella no sabe es que no es nada de la tienda.

—Tú— susurré en su oído. Ella giró su cabeza para mirarme y me dio un golpe juguetón con su hombro.

—Hablo en serio, ¿Qué cosa se te hace linda aquí?— ella preguntó con un puchero —Me gustaría saberlo.

—Pues lo más lindo de la tienda esta a mi lado— le di un rápido beso en su pómulo izquierdo.

—Ayyy, linda.

—¡Chicas!— gritó Paula desde una parte no tan lejana de la tienda.

—Ven, vamos— Calle tomó mi mano llevándome a donde estaba Paula.

Las dos nos dirigimos entre risas a los vestidores. Paula estaba dentro probándose ropa y nosotros la esperamos o opinabamos que se miraba genial con todo lo que se probaba, aunque no entendimos muy bien la insistencia de ella de verse perfecta con un conjunto. Así fue lo que restó de la tarde, pensé que nos quedaríamos aquí eternamente y Calle no tendría la oportunidad de contarle a Paula sobre nosotras.

—Es que la ropa es tan linda aquí, me quiero llevar toda— habló emocionada, parece un niña chiquita en una juguetería.

—Paula, debo contarte algo...— habló Calle de repente haciendo que se me cayera de las manos una blusa que había empezado a verla —Bueno, debemos— dijo viéndome. Exacto, esto se trata de las dos.

—¿Qué es?— ella preguntó con su atención en la ropa todavía.

—Necesito que me escuches atentamente y tengas toda tu atención en mi, es muy importante— contestó Calle jugando con sus manos muy nerviosa.

—Entiendo— Paula dejó de hacer lo que estaba haciendo para verla fijamente.

—Pero vamos por un café, aquí no es el lugar— dijo Calle y ella asintió de acuerdo. Yo las seguí preocupada por lo que vaya a pasar a continuación.

Las dos salimos de la tienda después de pagar la ropa que compró Paula. Tenía entre mis manos un papelito con el número del tipo que atendía el local, ¿Esto era para mí? No, claro que no, era para Calle. Yo observaba meticulosamente, ¿Qué hacer o que no hacer con esto?

—¿Estás bien?— preguntó Paula al ver que no dejaba de ver el pedazo de papel.

—Si, lo estoy— respondí suspirando. No me iba a comportar como una persona posesiva al controlarle a Calle con quien debe hablar o no —Ten— me rendí regresandole el número a Calle. Si ella le quería hablar, que le hablará, le tengo mucha confianza, aunque el miedo de que se aleje de mi persiste.