Alguien Como Ella | TERMINADA

Lo Prometo

—¿Qué pasa aquí?– una voz nos separó, era Germán en la entrada de la cocina con una maleta a su lado.

–¡Papá!– Calle sonrió al verlo y fue a abrazarlo.

–Hola , te extrañe ratona– comentó abrazándola –¿Pero qué está pasando?, ¿se celebra algo?– preguntó mirándo a Mafe y luego a mi.

–Pues... algo así– Calle me miró y yo asentí convencida, si no es ahora, no es nunca.

–Germán– lo llamé haciendo que me viera –¿Podemos hablar?, necesitamos contarte algo importante.

–Muy bien, mientras no hayan cometido un delito, esta bien– él sonrió sentándose en una silla. Nosotras dos lo acompañamos sentandonos en otras dos sillas desocupadas.

Calle comenzó contándole absolutamente todo, desde cuando comenzó hasta el presente. Yo la ayudaba en algunas partes que ella no podía completar por que se le cortarba la voz. No saltamos ningún detalle, bueno, algunos sí, en realidad muchos diría yo. La cara de Germán no expresaba absolutamente nada, estaba más tranquilo que nunca, eso me ponía angustiada porque no sabía como iba a reaccionar a continuación. Cuando Calle termino de hablar, ella se quedó confundida por la tranquilidad de su padre al igual que yo.

–Y... ¿no vas a decir nada?– preguntó Calle al verlo tan callado.

–En realidad no– contestó pero después una sonrisa apareció en su rostro –Ya sabía que esto pasaría tarde o temprano desde que las encontré en tu cuarto esa ocasión– nos recordó mirando a Calle

–¡Papá!– Calle exclamó nerviosa y yo sentí mi cara enrojecer de la vergüenza.

–¿Qué ocasión?– preguntó una Mafe muy confundida.

–N-ninguna ma'– Calle dijo rápidamente –Además, ahí todavía no pasaba nada– aclaró Calle haciendo que Germán se sorprendiera. Bueno, ella no sentía nada pero yo sí, así que algo si pasaba.

–¿En serio?– preguntó y ella asintió –Si así estaban cuando no pasaba nada, no me imagino ahora que pasa todo.

—¡Papá!— Calle exclamó por segunda vez totalmente avergonzada. Yo por mi parte quería que la tierra me tragara ahora mismo recordando lo que paso anoche.

–¿Qué tiene malo de hablar sobre eso?, María José ya es una adulta, y pronto tu lo serás– se defendió viéndonos a las dos.

–Pero si lo dices así, es vergonzoso– Calle contraataque apenada.

–Va', tonterías– él se rió a carcajadas.

–Me tengo que ir– me levanté de la mesa un poco apenada todavía.

–Vamos Poché, no es para que te apenara este tema, podemos hablar de muchas cosas más– habló Germán, tratando de arreglar todo con una pizca de humor todavía.

–No, no se preocupe por eso, es solo que ya debería estar en mi casa, estuve mucho tiempo fuera y mi papá se preocupa– aclaré tratando de calmarlo.

–Si, es así, te dejamos ir entonces— dijo y suspire aliviada.

–Vamos, te acompaño a la salida– dijo Calle y las dos salimos de la cocina dejando a sus papás solos.

–Tengo pensando contarle a mi papá–  solté de repente mientras las dos llegábamos a la puerta.

–¿Quieres que te acompañe?– preguntó y yo negué con la cabeza.

–Estoy bien– le respondí tomandola de su mano –Primero le diré a Vale y luego a mi papá— dije y ella asintió. Después de unos segundos, hablé de nuevo –Quiero llevarte a un lugar a cenar– añadí con una sonrisa.