Alguien Como Ella | TERMINADA

Celos

Maratón (2/2)

Poché siguió con su mano entrelazada con la mía hasta llegar a la puerta, se detuvo enfrente y tocó tres veces esperando que alguien abriera. Al cabo de unos segundos, esta se abrió y de ahí se asomó Juana viéndonos totalmente sorprendida.

—No sabía que vendría Calle— mencionó viendo a Poché. Luce incómoda.

—Bueno... yo no sabía que tú estarías aquí— confesó Poché con una pequeña risa —Pensé que solo estaría Mario—

—Buen punto— sonrió Juana haciéndose a un lado para dejarnos pasar. 

Poché paso sin romper el contacto con nuestras manos, en cambio, hizo más fuerte el agarre. Entramos y en la sala de estar, estaba Juan sentando con los brazos cruzados, parece que estaba esperando a Poché. Cuando levantó su vista y nos vió, la expresión en su rostro fue la misma que la de Juana.

—Oh, que sorpresa— exclamó en voz baja viéndome.

—Un "hola, buenos días, ¿qué tal estás?", sería mejor, ¿no crees?— preguntó Poché sarcásticamente viendo a los dos con una ceja levantada.

—Perdón pero estamos confundidos, pensé que llegarías sola— contestó Juan levantándose del sofá.

—Lo sé, pero Calle quería llevarme a desayunar y le dije que no podía, después propuse que me acompañará para que, cuando acabará de hablar con Mario, fuéramos a comer— les explicó ellos dando unos pasos hacia delante.

—Me da gusto que se lleven mejor— mencionó Juana haciendo que las dos la observarámos. No encuentro ninguna pizca de sarcasmo en su comentario —Juan me contó historias de ustedes dos, cuando se conocieron, ya saben—

—¡Juan!— Poché gritó haciendo que de repente brincara de la impresión —¿Le contaste?— preguntó avergonzada.

—Fue difícil no hacerlo— contestó él riendo levemente —Hola, Suelo— dijo saludandome de manera burlona.

Al escuchar ese apodo que no había oído desde hace mucho tiempo, me sonrojo de la pena, que vergonzoso es recordar todo eso para luego mirarme ahora como estoy. Haciendo lo último que pensé hacer en meses atrás.

—¡Oye!— Poché se quejó en voz alta poniéndose delante mío muy sobreprotectora —Yo cree ese apodo, yo solo lo puedo usar— dijo con sus brazos cruzados —¿Verdad, Suelo?— preguntó viéndome de reojo. Yo solo acerqué mi mano a su pierna y le di un pellizco —¡Calle!, quise decir, Calle— se quejó sobandose en el área afectada.

—Hay algunas cosas que nunca cambian— mencionó Juan riéndose de la escena junto con Juana, después, nos unimos nosotras dos.

—¿Y Mario?— preguntó Poché haciendo que mi sonrisa se esfumará.

—No tarda en salir, está en su habitación alistándose— respondió Juana con la mirada en el suelo.

—¿Pasa algo?— preguntó Poché preocupada al verla así.

—¡No!, claro que no— levantó su vista viendo a Poché —Y regresando al tema, me causa gracia que antes se llevarán mal y ahora son muy buenas amigas —comentó Juana.

Yo miré a Poché esperando a que dijera que sí, pero verla con la cabeza abajo y jugando con sus manos, hizo que descartará la idea de que solo dirá eso.

—Bueno...— Poché trazo un dibujo invisible en el suelo con su zapato —Hablando sobre eso, no somos amigas— rió nerviosa.

La miró sorprendida ante sus palabras, no puedo creer que vaya a decir lo que yo pienso...