Sanar

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-¿Y cuando será el momento de hablar de eso?- pregunté de rodillas sobre la cama.

-Solo... no lo hay- susurró dándome todavía la espalda.

-¿Vas a quedarte encerrada en tí?, ¿cómo si estuvieras dentro de una burbuja?, ¿en serio?- no respondió -Poché tienes que dar vuelta a la página.

-Nunca olvidaré a mí mamá- se paró de golpe de la cama.

-Yo nunca dije que lo hicieras- fruncí el ceño.

-Pero lo insinuaste- me reclamó.

-Claro que no- dije -Pero todos tus problemas son en torno a eso, deberías dejar de atormentarte sola, te estás lastimando a ti misma, si tan solo...

-Hablas como si me conocieras, Calle- me interrumpió -Hablas como si supieras todo lo que pase. Tú no sabes el dolor que sentí cuando me enteré de eso, mi mundo se cayó al igual que el de ella, el de mi familia- noté su voz quebrarse -Pensé... pensé por un momento que todo estaba perdido, pero nunca imaginé que tendría razón- suspiró negando con su cabeza -Todos los recuerdos que tenía con mi mamá y los que quería vivir se fueron a la basura en tan solo un día, el día que me enteré que estaba enferma- ella pasó el dorso de su mano por sus ojos -En los últimos días, la quería visitar, lo trataba de hacer, lo juro- sollozó -Pero era demasiado para mi verla ahí, no estaba preparada.

-Nunca nadie está preparado para algo nuevo, y menos algo como eso- me acerqué a la orilla de su cama y tomé su mano acariciándola lentamente.

-Preparada o no, debí de ser fuerte- ella alejó su mano bruscamente -Cuando murió...- dijo con dificultad -Solo me encerraba en mi habitación siempre por todo un año. Sufría ataques de ansiedad, en ocasiones me sigue pasando- confesó mirando el suelo -Lloraba, pensando en una explicación del porque el destino me pegó tan duro, tratando de entender que había hecho para merecer esto.

-Poché- la llamé -Hablas como sí...

-Sí- asintió -Como si fuera la única que le doliera su muerte- presionó sus labios y sonrió tristemente -Cuando salí por fin de mi habitación, en un momento pensé que todo mejoraría, pero fue todo para mal, en realidad, cada día era peor. Mis amigos... mis amigos nunca estuvieron cuando los necesitaba, solo hasta que regresé a clases ellos se acercaron, como si lo de mi mamá nunca hubiera sucedido. En parte agradecía eso ya que no me hacían recordar esos momentos, pero por otra parte, solo necesitaba un "estará todo bien".

Ahora solo escuchaba las palabras de Poché y mi alma romperse en mil pedazos. ¿Cómo puede ser qué alguien como ella llegué a sufrir tanto?

-Ellos me invitaban a fiestas, no te miento, siempre iba, era de los únicos lugares donde podía relajarme. Llegaba a despejarme de todo y... antes de que me diera cuenta, yo solo empecé a tomar- giró su rostro para intentar ocultarlo de mis ojos -Me hacía dejar de pensar en mí mamá y me hacía sentir bien. Las noches que no estaba Vale se quedaba sola, necesitaba de mi apoyo y yo no estaba. Papá no se quedaba en casa, él hacía lo posible para conseguir dinero. Gastó la mayoría de los ahorros para los tratamientos de mamá... pero, no dieron resultados. Después nos mudamos... nos mudamos por algo que cambió nuestras vidas, fue mi culpa, yo...- Poché empezó a alterarse, así que me acerqué a ella rápidamente y la envolví en un abrazo.

-Shhh, shhh, tranquila- murmuré acariciando su pelo suavemente -Todo va estar bien- le susurré en el oído.

-A veces lo dudo mucho- ella murmuró tomando los costados de mi camisa -Yo solo no me perdono de haber aprovechado el tiempo con ella.

-Nadie sabe lo que iba a pasar, ¿está bien?- no contestó -Oye- la tomé de los hombros y la alejé para que me viera a la cara -Mientras yo esté aquí nunca más vas a volver a estar mal, ni decaer, ni estar sola, me vas a tener a mi siempre, ¿entendido?- ella me miró y después asintió lentamente insegura de su respuesta -¿Entendido?- volví a repetir.

-Sí- susurró. La volví abrazar, no quiero que lloré más, no quiero que vuelva a estar triste -Gracias, Calle.

-Ven, hay que descansar- me acosté llevándome a Poché conmigo.

Me posicione de lado viendo hacia la derecha, Poché hizo lo mismo solo que viendo hacia la izquierda quedando frente a frente. Yo acerqué mi mano acariciando su mejilla y después la dirigí a su barbilla.

-Calle- habló.

-¿Sí?- pregunté mientras tomó uno de sus cabellos y juego con el.

-¿Me puedes prometer algo?- preguntó ella en voz baja.

-Claro, pero depende de que trate- reí levemente.

-Me prometes...- ella comenzó a ver hacia todos partes nerviosa -¿Qué nunca te alejarás de mí?- dijo por fin.

Me sorprendió la pregunta, a estas alturas ella debería saber ya la respuesta.

-Te prometo que siempre estaré a tu lado- me acerqué a ella y le dió un casto beso en la frente.

Poché asintió con la cabeza y paso su brazo por mi cintura hasta llegar a mi espalda y enterró su cabeza en mi cuello. Yo pasé mi mano por sus brazos hasta su espalda y la apegue más a mi.

-Buenas noches, Calle.

-Buenas noches, Poché.

Alguien Como Ella | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora