Alguien Como Ella | TERMINADA

¡Feliz Cumpleaños, Calle!

—Ey, Calle, despierta— sentí un aliento cálido en mi oído derecho. Gruñe a la insistencia de esa voz cuando sentí sus manos moverme levemente.

—No— balbucee mientras abrazaba aún más fuerte a la almohada que tenía aprenzada. Me sentía tan cómoda acostada en esta cama que no quería levantarme nunca.

—Oye, vamos, ¿sabes que día es hoy?— preguntó Poché entre risas mientras sentí un pequeño pico de ella en mi hombro.

—Lunes— respondí simplemente mientras mantenía mis ojos todavía cerrados. Solo quería dormir, ¿es tanto pedir?

—Aja, ¿pero qué fecha?— dijo y sentí su cuerpo encima de mi espalda —¡Vamos, dime!

—¡No lo sé!— me quejé mientras empujaba a Poché lejos de mí para poder toparme completamente con las sábanas —¡Solo quiero dormir!

—¡¿Vas a dormir un Lunes 15 de Diciembre por la mañana qué es el día de tu cumpleaños?!— Poché gritó fingiendo sorpresa.

Al oír eso, salí en un segundo debajo de las sabanas para verla directamente a los ojos. Ella llevaba una camisa demasiado grande que cubría su cuerpo hasta sus muslos, una sonrisa divertida adorno su rostros mientras se movió de un lado a otro al pie de la cama.

—¿Q-Qué día dijiste que es?— tartamudee.

—¿En serio no lo recuerdas?— Poché exclamo con asombro mientras entraba en la cama colocándose de rodillas sobre ella —Wow, me sorprendes— ella sonrió y se acercó a mí —Feliz cumpleaños, Calle— dijo dándome un beso en la frente.

—Mi mamá me va a matar— es lo primero que dije al salir del shock —Y sabes, soy muy jóven para morir—  susurré haciendo que Poché se apartará.

—Ey, tranquila— Poché se rió levemente mientras se sentaba en la cama.

—No puedo, mi mamá tenía un mes planeando todo mi cumpleaños, ver que no estoy haya lista hará que se moleste muchísimo, ¿por qué no pensé en eso antes?— me quejé mientras me levantaba de la cama con las sábanas enredadas en mi cuerpo y corría en busca de mi ropa.

—Calle, espera...— Poché me llamó pero la ignore.

Buscaba por todas partes rastros de muestras prendas pero nada encontraba. Mi mamá había planeado una comida con toda mi familia, casi pasando todo el día con ellos, así que si faltaba o llegaba tarde, moriría.

—¿Dónde está?— pregunté viéndola, ella me miraba desde al lado de su cama con sus brazos cruzados.

—¿Dondé está qué?— ella ladeo un poco la cabeza alzando una de sus cejas.

—¡Mi ropa, Poché!— respondí totalmente desesperada. No sabía que hora era y eso me ponía más intranquila por mi mamá.

Ella dio un leve saltito al alzar la voz más de lo normal, después frunció el ceño. Tomó una bandeja llena de comida que estaba en su mesita de noche y la coloco sobre el escritorio al lado mío.

—Iré a buscarla en la sala, pero desayuna algo primero, ¿no?— dijo para luego salir por la habitación cerrando la puerta un poco fuerte.

Me senté sobre la silla frente al escritorio, todavía envuelta por las sábanas, mientras miraba con atención al desayuno que, supongo, había preparado Poché. En el plato había unas tostadas francesas acompañada de una taza de café, olía todo delicioso. En la esquina de la bandeja había una nota doblada, la tomé entre mis manos para poder leerla.

"Hoy y siempre voy a amarte. Quiero que las dos sigamos construyendo una vida, y festejando todos los cumpleaños posibles juntas. Todo paso de la nada, ¿y sabes qué? Me gusto, tu amor es el regalo más hermoso que la vida me pudo dar. No se que vez en mí para estar a mi lado, pero no dejes de verlo."