—¿De qué quieres hablar exactamente?— preguntó él alzando una ceja.
—¿Me puedes dejar entrar por favor?- pedí con una sonrisa —No quiero platicar de esto de pie y menos en medio de un pasillo donde personas puedan escucharnos- dije impaciente. Mario soltó un bufido y se hizo a un lado para dejarme pasar.
Di unos pasos hacia delante para entrar al departamento, al hacerlo, me di la tarea de observar el lugar, no estaba nada mal a decir verdad, me preguntó donde trabajará.
Sentí la puerta cerrarse a mí espalda y me quedé esperando en la entrada a que me diera una invitación de sentarme en el sofá, pero nunca llegó. Qué modales.
—¿Y bien?— él llegó a mi lado y giré mi cabeza para verlo —¿Cuál es eso importante por el cuál veniste hasta acá?—
—Antes que nada...— miré todo el lugar inspeccionandolo —Tengo sed— le sonreí como un niño pequeño. Él giró los ojos y caminó hacia lo que es la cocina.
—Gracias— seguí sus pasos hasta el pequeño espacio del lugar —Pense que me dejarías morir de sed, me da gusto que trates así de bien a tu hermanito— comenté sentandome en una de las cuatro sillas que había en la mesa cuadrada.
—¿Ahora sí somos hermanos?— preguntó con una risa sarcástica sirviendo el agua —Jodete Santiago— masculló entre dientes dejando el vaso de agua frente a mí —¿De qué quieres hablar?, No estoy para tus jueguitos—
—Tranquilo— tomé el vaso y le di un pequeño trago para humedecer mis labios —Solo vine en busca de algunas respuestas, y eso obtendre— dije recargándome en el respaldo de la silla.
—¿Ahora juegas al detective?, Qué divertido— habló con ironía ocupando la silla que estaba frente mío.
—Solo respóndeme una cosa, ¿A qué has venido exactamente a Bogotá?, Sé que debe haber algún motivo— golpee la mesa con mi dedo índice, ordenando que me diga algo.
—El destino me trajo aquí, supongo— respondió con simpleza encogiéndose de hombros, como si no le importará.
—Dejate de tonterías por una vez en tu vida— dije casi perdiendo la paciencia —Se que estás aquí en el mismo país, en la misma ciudad, en la vida de María José por algo, así que quiero que me digas la verdad y no me iré hasta escucharla— me incliné hacia delante con mirada amenazadora pero él ni se inmutó.
—Pues te quedarás esperando— también se inclinó hacia delante posando sus dos brazos sobre la mesa retándome.
—La gente se cansa de esperar— mencioné apuntándolo —Dime o...—
—¿O qué "Santi"?— me interrumpió remarcando ese sobrenombre —¿Me golpearas hasta dejarme inconsciente como aquellas dos veces?— ladeó su cabeza mostrando una media sonrisa.
—Dejaré tu cara destrozada de nuevo si es necesario, las protegeré de ti— respondí frunciendo el ceño y apretando mis puños.
—Hazlo— la tranquilidad con la cual respondió me dejó impactado —No tengo nada que perder en realidad— se cruzó de brazos despreocupado. Fruncí aún más el ceño y cuando me levanté, él habló de nuevo —En cambió, tú si—
—No tengo nada que perder, idiota— sonreí triunfante.
—Si te atreves a tocarme aunque sea un pelo Santiago, te juro que nunca obtendrás información importante— decretó cambiando su expresión a una enfadada.
—¿Información importante?, ¿De qué hablas?— pregunté sin entender a dónde quiere llegar.
—Hablo de nuestra madre— contestó en un suspiro.
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Alguien Como Ella | TERMINADA
Fiksi PenggemarCalle es una chica con un futuro prometedor y Poché con un pasado que la persigue. Calle esta rodeado de gente que la quiere y Poché se aísla alejando a todo aquel que quiera acercarse. Calle es buena hija y Poché trata de serlo. Aún siendo tan dife...