Alguien Como Ella | TERMINADA

Fiesta pt. 1

Después de haber pasado un rato en la plaza, les dije a los chicos la ubicación de la fiesta que hará Mario y cada uno se fue a su casa.

Los días después del boliche no fueron demasiado buenos, no pude dormir bien por lo que tenía que afrontar a continuación. Ha llegado la hora y eso lo tengo claro.

Me había levantado tranquilamente y desayunado igual, aunque por dentro estaba que me moría, de igual manera me llegué a tranquilizar y esperar hasta que llegará la noche, para mí suerte, hoy no trabajo ya que le dan el turno a otra persona, y como Juan tampoco trabaja me atreví a invitarlo, eso lo emocionó, quiere ver si tiene suerte en la fiesta de encontrar a alguien.

Ahora estoy frente a mi closet con una toalla alrededor de mi cuerpo y una en mi cabello. Llevó minutos tratando de escoger que ponerme, no se que sería lo adecuado para la ocasión. Mario mencionó que será una fiesta de lo más tranquilo así que confío en él.

Después de pensar un poco más y debatir en mi mente, escogí una blusa negra pegada, que deja descubierto mis hombros y abdomen. Después un pantalón blanco con rayas negras en vertical y unos botines negros. Sencillo.

-¡Poché!- gritó Valentina al otro lado de la puerta.

-¿Sí?- pregunté mientras me aplicó un poco de maquillaje.

-¿Puedo pasar?- yo asentí con un sonido y después escuché la puerta abrirse -¿A dónde vas?- preguntó dejándose caer sobre mi cama.

-A una fiesta- respondí dejándome de ver en el espejo para verla a ella.

-¿A una fiesta, fiesta?- oí preocupación en su voz.

-Si, una fiesta, fiesta- respondí con sinceridad. Me acerqué a ella y me senté a su lado -Pero nada malo pasará Vale, te lo prometo- le dije para que se calmará un poco -Calle irá conmigo- se que con la mención de ese nombre, ella estará más tranquila.

-¿Calle?- asentí -Entonces si estará todo bien- dijo ella sonriendo.

-Bueno, me tengo que ir- me levanté de la cama -Tengo que ir a su casa- me despedí de ella con un beso -Hasta la noche, Vale.

-¡Qué te vaya bien Poché!- gritó cuando salí de mi habitación. Si que necesitaba eso.

Salí del edificio y entré al Uber que pedí. Dentro del auto chequé la hora. Son las 8:45 PM, ¡no puedo creer que vaya 45 minutos tarde! Bueno... no sé porque me alteró tanto, nadie llega temprano a las fiestas.

Mi celular sonó interrumpiendo completamente mis pensamientos anteriores, cuando lo saqué me di cuenta que es Calle, ojalá no me grité por estae llegando tarde.

-¿Ca...

-¡María José!, ¡¿se puede saber dónde estás?!, ¡es tardísimo!- exclamó gritando casi histérica. Gracias por escucharme vida...

-Marica tranquilízate, voy llegando, tomate un té o algo- respondí mientras observó por la ventana.

-No puedo- dijo simplemente.

-¿Y cuál es el motivo?- pregunté acomodándome en el asiento.

-Por eso debes llegar- contestó -Si quieres saberlo, claro.

-Mira, ya estoy aquí, un segundo- alejé el celular para pagarle al señor -Gracias- dije al bajarme -Ya estoy- le avisé frente a su casa -¿Me vas abrir o no?

-Ese es el problema- susurró.

-¿El problema?

-Sí, mí papá no me dejó ir a la fiesta- confesó en un suspiro.