Alguien Como Ella | TERMINADA

¿Dónde esta Poché?

Miré la pantalla de celular fijamente, en ella resaltaba la llamada entrante de Sebastián, quería acabar con esto, con esta angustia de no saber que hacer. Así que decidí contestar, tengo que enfrentar mis problemas y por supuesto, mis decisiones.

-Sebastián- hablé en voz baja, todavía con miedo a lo que estaba por pasar.

-Hola, Calle- su voz se escuchó un poco apagada. Me duele escucharlo así y más por mi culpa.

-Ey...- susurré.

-No he podido dormir, todavía tengo en mi mente lo que viste, no desee que fuera así- además de su voz apagada, se escucha cansada.

-¿Ya...- me dolía hasta decirlo -... Estabas con la maestra?- concluí tragando saliva -¿Llevas mucho con ella?

-Sí...- respondió simplemente. Entonces realmente nunca tuve oportunidad -Oye, se que tienes muchas preguntas y sé que puedo responderlas todas, pero es mejor hablarlas mañana, ¿te parece?, no quiero hablar sobre esto por aquí, quiero hablarlo de frente- dijo en un suspiro -Como debió serlo.

-Sebas...

-Solo quiero hablarte como siempre lo hago en algunas noches, no quiero perder esta amistad que tengo contigo, es muy especial para mí... aunque siento que ya no lo es para ti, perdón por no haberte contado de esto, solo que tuve miedo por lo que fueran a decir, es raro ver a una mujer grande con un jovencito, ¿no crees?- él río levemente, sin ganas.

-Fui una idiota- solté de repente -Fui una idiota por haberme puesto así Sebastián, lo siento tanto- dije con voz entrecortada.

-No Calle, es entendible, es raro...

-¡No!, claro que no lo es, amar nunca será raro, yo soy la rara, la idiota por no haber entendido eso al instante, no debería de tener tu amistad... solo quiero que me perdones- mis ojos amenazaban por soltar unas lágrimas.

-¡Calle no te tengo que perdonar nada!- gritó. "Claro que sí, por quererte" -Solo, quiero que estemos bien, como antes, quiero que seamos los mismos...

-Si, tenlo por seguro- hablé tratando de sonar mejor. Por mí parte ya estoy llorando, seremos los mismos, igual que siempre...

-Te quiero, Calle- mencionó en un susurro.

-También te quiero, Sebastián- traté de sonreir.

-Nos vemos mañana, descansa- se despidió.

-Descansa tu también- y colgué rápidamente.

Hundí mi rostro en la almohada y me tapé con las sábanas hasta la cabeza comenzando a llorar... ¿por qué querer a alguien puede llegar a ser tan doloroso?, y más cuando no es correspondido, pero tengo que aceptarlo, aceptarlo y superarlo, como quiera una parte de mi sabía que no tenía posibilidades con Sebastián y hoy lo confirme. Maldita sea...

...

-¡Calle, despierta!

-¿Papá?- balbuceé todavía con los ojos cerrados.

-¿Dónde estoy?, pues búscame entonces- susurró.

-¿Qué?- abrí los ojos sorprendida por eso, yo me encontraba en mi habitación, sola -Que raro- dije extrañada por esa voz, no le di mucha importancia y me levanté de mi cama.
La luz del sol rogaba entrar por la ventana, pero no sé lo permitían las cortinas, así que fui y le abrí el camino -Así está mejor- mencioné al ver mi habitación completamente iluminada.