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Me quedé mirándola fijamente esperando que se riera en mi cara por ser tan tonta pero la seriedad de su mirada me confirmaron que hablaba enserio y que de verdad quería ayudarme.

—¿De quien es? —pregunté de golpe nerviosa y ansiosa por saber la respuesta que me llevaría al chico de la foto.

—Aquí no puedo decírtelo —susurró mirando a los lados por si alguien estaba escuchando.

Esto parecía absurdo. Solo era una estúpida cuenta de instagram no los secretos del pentágono.

—Ven conmigo.

Se levantó con rapidez y tuve que correr para alcanzarla.

Mientras caminábamos por los pasillos Kendra miraba a cada segundo detrás de ella como si fuera perseguida por el FBI por descubrir los experimentos del Área 51.

Bajamos hasta el sótano del instituto hasta llegar a una puerta cerrada, nunca había estado antes aquí y se me hace muy raro. La morena dio unos golpes irregulares en la puerta y una pequeña rendija rectangular en la parte superior de la madera se abrió dejando ver unos ojos marrones, poco iluminados, mirarnos con seriedad.

—Morrison —dijo Kendra.

La pequeña abertura se cerró de forma abrupta y otras cerraduras se escucharon antes de que la puerta se abriera.

Entramos y todo estaba oscuro y era difícil distinguir el pasillo, solo había una pequeño aplique en el final del pasillo. Llegamos a una puerta negra con el numero 8 en rojo y entramos sin llamar. La habitación también estaba poco iluminada solo por la luz de muchos monitores unidos. Kendra se acercó hasta la mesa donde había dos sillas de despacho con dos personas delante de las pantallas tecleando sin parar.

—Chicos necesito hablar con J —dijo Kendra haciendo girar las sillas dejando ver a dos críos de unos treces años años exactamente iguales.

—¿Quien es ella? —preguntó el de la derecha mirándome con una sonrisa seductora.

Kendra le pegó en la frente con la mano asustandolos a ambos.

—Quiero saber donde esta J —repitió mas despacio en tono amenazador—. O me decís donde esta J por las buenas o por las malas.

—¿Como sería por las malas Kendrita? —dijo una voz de chico detrás nuestra.

Un alto y musculoso chico llegó hasta mi lado cruzándose de brazos y con una sonrisa arrogante mirando a Kendra.

Tiene el pelo castaño oscuro peinado hacia arriba con gomina, una pequeña dilatación en la oreja izquierda y como no llevaba camiseta dejaba a la vista los tatuajes que envuelven su hombro derecho.

Kendra se tensó al oír la risa del chico y se giró lentamente hacia el sin dejarse intimidar por su altura ni musculatura se posicionó delante de el de forma amenazante.

—No me hace especial ilusión esto, pero es una emergencia —Kendra suspiró dando un paso hacia el moreno—. Necesito tu ayuda.

El chico río irónico levantando la cabeza hacia el techo y cerrando los ojos.

—La gran Kendra Morrison pidiéndome ayuda —se burló fijando la vista en la chica frente a el—. Si que estas desesperada.

—No te creas tanto J —dijo bajándole los humos—. Esto no es por mi, sino por ella.

Los ojos del chico se percataron de mi presencia y me repasaron de arriba a abajo con duda, hasta volver a mis ojos.

—Alexa, el es J —presentó sin ganas —El es quien creó la cuenta del instituto.

Esclava del deseo ✔️ [Esclava #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora