|30

23.5K 1K 151
                                    

La semana había pasado muy despacio, la mas larga de toda mi vida. Al día siguiente de la pelea con Dastin —después de que se enterara de que Hades había sido el chico de la fiesta— se había dedicado a ignorarme. Cada vez que nos cruzábamos por el pasillo evitaba mirarme y se iba pisando fuerte y cabreado.

Cole por otro lado me entendía y aunque quería ser fiel a Dastin, yo siempre fui el punto débil de mis mejores amigos y le era imposible mantenerse tan enfadado y distante conmigo como Dastin.

—Solo necesita tiempo, esta muy enfadado —me dijo aquel día Cole sobando mi espalda cuando me aferré a el.

La semana siguió pasando y Dastin me apartaba la mirada cuando se cruzaba conmigo. Ninguno de los dos venía a casa a comer y a pasar la tarde en el sótano viendo nuestras series favoritas y eso me hacía sentir muy dolida, sola y vacía.

Y no solo Dastin seguía enfadado, Ian no me había vuelto a dirigir la palabra tampoco, en casa siempre que se cruzaba conmigo ni me miraba y a la hora de la comida solo me decía lo justo y necesario porque nuestros padres estaban delante, pero aunque ellos no lo notaran yo si sentía lo distante y frío que estaba conmigo. Y había decidido volver a la universidad antes de que terminara la semana.

Me sentía muy sola, aun cuando tenía a Kendra y a Owen en el instituto. Ellos no me comprendían como lo hacían mis chicos y por mucho que mi mejor amiga intentara animarme era cosa imposible.

A quien si que no podía ni mirar era al causante de todos mis problemas, el chico que deseaba nunca haber visto aquel día por el pasillo y que jamás nos hubiésemos encontrando en la misma clase.

Era fácil librarse de el en el instituto. A pesar de sus miradas el tampoco hacia nada por acercarse, algo que me hacía fácil la vida, aunque en el fondo me molestara que ni siquiera se acercara a pedirme disculpas por todos los problemas que causó. Como no había vuelto al gimnasio después de que la entrenadora me sacara del equipo los únicos momentos en los que veía los ojos fríos y sin sentimientos de Hades era en los pasillos.

Aunque me costara horrores no mirar a ese dios griego, no podía evitarlo y verlo hablar con otras chicas, la forma en la que coqueteaba con ellas, como les sonreía con esa sonrisa seductora, tan perfectamente diabólica me ponía enferma y solo me hacía odiarle mas. Mientras el seguía como si nada, incluso volviendo a ser el Hades mujeriego y asqueroso, mi vida se hundía en un pozo sin fondo en el que el me había tirado.

—Deja de fruncir tanto el ceño, te saldrán arrugas —me dijo Kendra tocando mi frente arrugada —Y deja de mirarle tanto. Solo consigues aumentar su ego.

Las dos estábamos en la biblioteca estudiando y haciendo algunas tareas aprovechando que uno de nuestros profesores no había asistido y teníamos una hora libre.

Lo peor era que ese profesor era el de biología, lo que significaba que los alumnos que asistíamos a esa clase estábamos libres por el instituto. Y lo que estaba provocando mi ceño fruncido y que mi mal humor aumentara era nada menos que Hades, que se encontraba también en la biblioteca, pero no estudiando como la gente normal, solo se encontraba allí por puro placer y sospechaba que también por molestarme a mi.

Porque no estaba en la biblioteca sin más, estaba en uno de los pasillos junto a la estantería donde se encontraban mis libros favoritos, y no estaba solo sino que estaba allí con Rachel hablando muy animadamente siendo callados por la bibliotecaria pero aun así seguían hablando y riéndose como idiotas.

Me molestaba mas que el infierno —del que Hades había salido— verlos juntos. Ella apoyada en la estantería haciéndose la inocente y coqueta tocándose el pelo y sonriendole como si fuera lo mas increíble que haya visto, y riéndole las tonterías que le estará diciendo. Y odiaba admitir que el se veía tan guapo, con la mano apoyada en la estantería al lado de la chica, inclinado hacia ella hablándole tan cerca.

Esclava del deseo ✔️ [Esclava #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora