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Los brazos me Hades me sujetan a tiempo antes de tirarnos al suelo por mi repentina acción.

El beso se vuelve intenso, mis labios devoran los suyos con hambre y ganas. Pierdo la batalla contra su lengua y me derrito entra sus brazos. Toma el control del beso y empuja contra la puerta cerrándola de golpe apretando sus caderas contra mí. A través de la fina tela de mi vestido y de sus pantalones noto algo endurecido contra mi vientre.

El calor sube por mi cuerpo. Mis dedos se enredan en su pelo y mis dientes se clavan en su labio inferior arrancándole un gruñido.

Sus largos y calientes dedos me acarician las piernas desnudas poniéndome los pelos de punta y gimo contra si boca.

Hades se agacha un poco agarrando mis piernas para levantarme del suelo empujando sus caderas contra las mías empujándome contra la pared haciéndome soltar otro gemido que acalla con su boca, el deseo en nuestros pantalones crece y quiero quitarme la ropa del calor que siento.

—Sabes a tequila —murmuró contra mis labios con los ojos cerrados.

—Llévame a tu habitación —jadee cuando me besó por el cuello clavando sus dientes.

Obedeciendo mis deseos subió las escaleras de forma torpe conmigo aferrada a su cuerpo duro y fibroso. Le temblaba el cuerpo con cada beso que dejaba por su cuello. Su pecho se movía muy deprisa con la respiración acelerada hasta llegamos al tercer piso donde estaba su cuarto.

Me dejó en el suelo y tiré de su camiseta tirándola al suelo. Sus músculos quedaron a la vista, me quedé mirándolo embobada. Posé mis manos sobre sus abdominales y el contuvo la respiración haciendo que se le marcara mas cada cuadradito.

Hades agarró mi mano tirando de mi para pegar nuestros cuerpos. Agarró el final de mi vestido y tiró de el hasta quitármelo dejándome en ropa interior.

Me apoyé en sus hombros para alcanzar sus labios pero el se alejó.

—¿Que es lo que quieres Alexa? —preguntó en voz baja, su dedo pulgar acaricio mi labio inferior—. Quiero oírte suplicar.

Enfadada agarré su nunca y a la fuerza uní sus labios con los míos. Me rodeó la cintura con los brazos y me empujó suavemente hacia atrás haciéndome dar pasos hasta que choqué con la cama.

Se quedó de pie delante de mi tan imponente, como mi dios dominante. Mi pecho subía y bajaba a toda velocidad y me molestaba mucho que actuara de esta forma ahora que estaba deseando que me tocara.

—No voy a tocarte —dijo como si leyera mi mente—. Estas borracha, no quiero que se repita lo de la última vez.

—No estoy borracha —me quejé sentándome en la cama mirando hacia arriba para mirarlo a los ojos—. Sé lo que quiero... —llevé mi mano a la marcada V que se perdía por la cinturilla del pantalón —...y quiero esto ahora.

Traga saliva cuando tiro del cordón de su chándal y se le dilatan las pupilas mirando lo que hago.

La mirada de deseo en los ojos de Hades chispeaba pero se resistía a ceder, pero sabía como conseguir lo que quería.

—Por favor Hades —supliqué.

Una sonrisa triunfal curvó sus labios rojos e hinchados de mordérselos.

Di un tirón a sus pantalones y el se encargó de darles una patada lejos antes de subirse sobre mi y pegar su boca a la mía en un beso salvaje.

Lo había conseguido, la bestia salvaje se había liberado.

En solo un segundo consiguió desabrochar mi sujetador y liberar mis pechos que apretó entre sus manos dando suaves caricias en mi pezón que se endureció al momento.

Esclava del deseo ✔️ [Esclava #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora