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¿Sabéis lo agradable que es despertar al lado del chico mas guapo y perfecto que en la tierra jamás existió?

Abrir los ojos a la mañana siguiente y encontrar al dios griego a mi lado como prometió, después lo que pasó en esta misma cama. Por una vez siento que no me rompe el corazón y se me llena de amor al ver al dios griego tan precioso con sus maravillosos ojos cerrados, tan relajado, con su respiración tranquila con su pecho desnudo subiendo y bajando dormido como un angelito aunque en verdad se comporta como un demonio y aun así me encanta.

Mis dedos pican y se mueven solos por las ganas de acariciar los mechones castaños de su pelo que caen desordenados por su frente. Ante mi suave caricia el se mueve y me quedo congelada por miedo a despertarlo y que el cuento de hadas en el que siento que desperté acabe estropeándose si este dios griego bipolar se despierta y me dice algo que me duela.

Se revuelve en la cama acercándose mas a mi pero no abre lo ojos sigue dormido.

Con mucho cuidado suelto su mano y me levanto sin hacer ruido de la cama, busco por el suelo hasta encontrar mis bragas y como no sé donde está mi ropa me pongo la camiseta y los pantalones de Hades.

Lo observo dormir un segundo más con la baba casi cayendo de mi boca.

Con una sonrisa tonta cierro la puerta con mucho cuidado y bajo las escaleras hasta el primer piso hacia la cocina. Casi me llevo un susto de muerte al encontrarme de frente con Lisa que venía saliendo de la cocina con un cesto de ropa que casi se le cae de las manos por la sorpresa.

—Buenos días señorita —dice con un suspiro de alivio.

—Buenos días, perdona por el susto —respondo con una sonrisa apenada.

—No te preocupes —responde apoyando la canasta con la cadera—. ¿Necesitabas algo?

—Pues... —juego con mis dedos algo avergonzada—. Quería hacerle el desayuno a Hades.

—Yo les preparo el desayuno en cuanto guarde esto señorita, no se preocupe —intenta pasar por mi lado pero le interrumpo el paso.

—No, gracias, pero quería hacérselo yo.

Ella me mira con cara de sorpresa:—Como quiera, yo ahora vengo a ayudarla si lo necesita.

Asiento sonriendo y entro en la enorme cocina que no había notado lo grande que era con tanta gente en la fiesta.

Abro la nevera para pensar que podría prepararle pero me quedo en blanco, nunca había echo esto ni por los chicos, normalmente son los ellos los idiotas que se levantan antes como lobos hambrientos a preparar el desayuno que acaba pegado hasta en el techo cuando vienen a dormir a casa.

—¿Por qué no le preparas unas tortitas? —Lisa aparece de nuevo en la cocina con una sonrisa—. El no suele desayunar mas allá de su dieta pero estoy segura que por una vez le encantará.

—Me parece una idea genial, gracias Lisa.

Entre las dos sacamos las cosas para hacer las tortitas ya que ella sabe donde esta todo guardado. Vamos dejando las tortitas en una plato que le añadimos sirope y fruta.

Lisa le sirve una gran taza de café caliente y yo estoy apunto de echarle azúcar cuando ella me para.

—El señorito Hyland toma el café sin nada de azúcar, es como le gusta—. me dice dejando todo sobre una bandeja.

Le agradezco mucho por la ayuda y subo con mucho cuidado con la bandeja hasta la habitación de Hades. Me pego internamente por haber cerrado la puerta y ahora tener que abrirla con mucha dificultad por si Hades aún sigue dormido.

Esclava del deseo ✔️ [Esclava #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora