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—¡Alexa! —grita alguien a mis espaldas.

Me levanto del banco en el que estaba sentada y veo a mis mejores a amigos caminar hacia a mi.

—¡Chicos! —dije alegre abrazándolos con fuerza.

Llevaba varios sin poder a los idiotas de mi amigos. Cole estaba desaparecido con alguna chica y Dastin seguramente también, si por algo son conocidos estos dos son por lo guapos y ligones que son y aun así todas las chicas van como polillas a luz hacia ellos. Resulta un poco molesto porque suelo tener que pasar tiempo sin ellos y hay días en los que parecen no acordarse de mi existencia.

Me agarré al brazo de Cole y caminamos los tres a una cafetería, a que suele ir la mayoría de la gente de nuestra edad, por lo moderna que es y variedad de comida y bebidas que suelen tener aquí, es uno de los mejores locales para ir a cualquier hora del día.

Pasamos la tarde tranquilamente hablando de tonterías como siempre pasaba cuando estaba con ellos casi se me sale el zumo por la nariz por su manía de hacer reír cuando bebo o como. Me levanté dejándolos solos para ir al baño y hacer mis necesidades. Al volver a la mesa mis ojos volaron de mis amigos por el local hasta que se fijaron en una pareja que estaba a la derecha de nuestra mesa en la esquina en la zona mas oscura de la cafetería donde hay sofás, enrollándose.

No podía apartar la mirada de ellos ya que el chico me resultaba sumamente familiar a pesar de que solo lo estaba viendo de espaldas. Seguía caminando sin mirar hacia delante solo por poder ver la cara del chico y descubrir quien era entonces no me fijaba en lo que tenía delante y choqué sin querer con la camarera provocando que tirara la bandeja con las bebidas que estaba sirviendo a una mesa y lo peor es que esa mesa era la nuestra y uno de los batidos acabó cayendo sobre las piernas de Dastin.

—¡Joder! —gritó Dastin levantándose de golpe de la silla dejado ver la enorme mancha de batido de piña derramando por sus pantalones.

Cole por otro lado estaba en el otro lado de mesa asique no le salpicó ni una gota y se empezó a reír seguramente pensando alguna chiquillada como que parecía que Dastin se había echo pis.  Dastin miró furiosos a Cole por reírse y decirle precisamente que si quería ponerse pañales.

Los pantalones de Dastin son claros por lo que la mancha amarilla se nota y en la zona en la que está parece realmente que se meó encima.

—Lo siento, lo siento —dije yo mirando a Dastin con ojitos de cordero suplicante, sabía que no podría enfadarse si le ponía esa cara, funcionaba muy bien con el—. Fui culpa mía. Lo siento mucho.

—Joder Alexa, ¿que coño estabas mirando? —preguntó Dastin molesto mientras la camarera volvía con un paño para limpiar el estropicio que yo había creado.

Me quedé callada jugando con mis dedos y no pude evitar la tentación de mirar por el rabillo del ojo a la pareja que seguían tragándose mutuamente ajenos a todo lo que pasaba a su alrededor y al espectáculo que nosotros estábamos montando en medio del local.

Al verlos me dio una especie de celos porque yo jamás tendría algo así. No es que me considere fea pero soy algo tímida con los chicos y ligar se me da fatal. A pesar de haber crecido con dos chicos no me conozco las tácticas de ligue y supongo que eso es precisamente culpa de ellos, porque me tratan como un chico mas y mi comportamiento a veces no es del todo femenino y tampoco ayuda que mis amigos espanten a todo chico que se acerca por si tiene otras intenciones conmigo mas allá de la amistad.

—Lo siento mucho Dastin —me disculpé por quinta vez al salir del local después de pagar.

Dastin iba muy callado y con mala cara, una de enfado peor que la que llevaba todos los días para parecer un chico malo, y eso no evitaba que me sintiera menos culpable.

Esclava del deseo ✔️ [Esclava #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora