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—¡¿Donde está?! ¿Donde está mi niña? —se oyen los gritos por el pasillo.

Pongo los ojos en blanco y dejo caer mi cabeza hacia atrás agarrando más fuerte la mano de Hades.

Para ponerles en situación Hades y yo llegamos a la zona del campamento conmigo con la pierna desangrada y toda nuestra ropa manchada al profesor casi le da algo al vernos llegar. Llamó corriendo a la guardabosques y nos trajo a toda prisa al hospital más cercano y mientras me curaban el profesor se encargó de llamar a mis padres.

Y he de decir que desde que llegué aquí Hades no se ha separado de mi ni un segundo. Se ha mantenido a mi lado en silencio agarrando mi mano para que la apriete cuando me empezaron a curar las heridas, que como algunas estaban muy profundas tuvieron que suturar las y pensé que me desmayaba de tanto dolor.

Todavía me da vueltas todo, me duele la cabeza, mi cuerpo se siente pesado y tengo ganas de cerrar los ojos.

—¡Mi niña! —grita mi madre entrando en la habitación seguida de mi padre.

La mano de Hades suelta de golpe la mía antes de que se acerquen y extraño su calor al instante. Se pone a un lado dejando que mi madre se acerque a mi y me apriete con mucha fuerza entre sus brazos.

—¿Qué le pasó a mi hijita? —exige saber mi madre acariciando mi pelo mirando con mala cara al profesor que acaba de entrar por la puerta.

Ahora mismo estoy tumbada en la camilla con la pierna estira con el pantalón cortado y una venda evitando que me desangre más.

—Señora Stone —empieza a decir mi profesor—, no sabemos como pudo haber ocurrido, en ese espacio natural nunca se le permitió hacer caza ni nada no sabemos como pudo llegar allí ese cepo.

—Les confié a mi hija y miren como me la devuelven —acusa soltando me y encarando al profesor que ya no sabe que hacer para calmar las aguas.

Lo que no sabe es que es imposible calmar a Stone cuando se meten con sus hijos. Es una mujer muy decidida a pasar por encima de quien sea por sus pequeños, cuando Ian tenía cinco años y le tiraron un juguete haciéndole sangrar la ceja consiguió que expulsaran al niño y que ningún otro colegio lo aceptara por lo que tuvieron que mudarse a otra ciudad.

—Calmate cariño —interviene mi padre poniendo sus manos en los hombros de su mujer—. Este hombre no tiene la culpa de que haya pasado —mi madre mira a mi padre y toda las chispas de enfado se apagan y respira hondo calmándose.

Me resulta muy admirable ver lo mucho que mis padres se ama y como consiguen calmarse mutuamente cuando alguno de mis hermanos o yo hacemos algo malo y se enfadan con nosotros.

—Deberíamos dar gracias de que no le ocurrió nada peor a Alexa —le dice a mi madre que me mira cogiendo mi mano y sonriéndome con ternura—. Y según tengo entendido tenemos que darle las gracias a un muchacho que salvó a nuestra pequeña, ¿y quien es el chico?

—Soy yo señor Stone —habla Hades dando un paso hacia delante.

Mi padre gira la cabeza en su dirección al igual que mi madre que mira por encima del hombro de mi padre curiosa.

Hades se muestra recto y serio cuando mi padre se planta delante de él analizándolo muy serio.

—¿Tu eres el chico que sacó a mi hija del bosque? —pregunta mi padre alzando la barbilla viéndose muy hombre.

—Si —responde con simpleza.

Se mantienen en silencio en un intercambio de mirada de hombres que no logro comprender.

Finalmente mi padre forma una pequeña sonrisa en sus labios y extiende su mano hacia Hades.

—Gracias —dice mi padre—. Me alegra que mi hija se rodee de hombres como tu.

Esclava del deseo ✔️ [Esclava #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora