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Era por la mañana y aunque no hacía frío, la suave brisa me hacía temblar y como solo llevaba un vestido y mi chaqueta era fina me tuve que abrazar a mi misma.

Desde que salí corriendo de la casa de Hades, las lágrimas comenzaron a chorrear por mis mejillas sin descanso. Mi respiración se había vuelto irregular con el llanto y me costaba mirar por donde pisaba. Iba tan sumida en mis pensamientos y seguía soltando lágrimas que nublaban mi vista que no me fijé en la baldosa suelta por lo que tropecé y casi acabo en el suelo si no llega a ser por unos brazos que me sujetaron antes de caer.

—¿Estas bien? —preguntó una voz masculina —No sueles mirar por donde pisas, no?

Su risa grave voz y la risa juguetona es muy agradable.

Me pasé la mano por lo ojos para poder mirar al chico que me había salvado de una caída dolorosa pero no tanto como ya me duele el corazón.

Ese rostro atractivo, con las facciones marcadas, el pelo rizado callendo hacia delante y esos ojos verdes.

Horus.

Por supuesto que tenía que encontrarme con el mejor amigo de Hades, porque mi suerte es tan maravillosa que me juega estas malas pasadas. Acabo de salir de su casa con el corazón echo pedazos después de entregarme por segunda vez al idiota del dios griego y aparece su mejor amigo.

Me aparto de golpe como si me quemara el simple echo de tocarme. Utilizo mi pelo para taparme la cara para que no me vea mi seguro cara de muerta.

—¿Estas bien? —pregunta mirándome muy fijamente.

Mi aspecto debe ser de lo mas horrible. Seguramente este pensando que le robé el look a la niña de la curva. Ni siquiera me miré en el espejo antes de salir pero mi pelo debe estar echo una maraña multicolor y mi cara roja con los ojos hinchados de llorar.

—Perfectamente —respondí casi en un murmullo.

Horus me miró insistentemente haciéndome sentir algo incómoda, parecía pensativo como si al mirarme se diera cuenta de algo.

—Eres amiga de Hades, verdad? —¿Amiga? Que ironía. Asique era eso lo que tanto estaba pensando—. Iba ahora hacia su casa.

—El no esta —respondí y desee haberme callado.

—¿Como lo sabes? —torció el gesto ceñudo.

Me mordí la lengua pero respondí encogiéndome de hombros.

—Simplemente lo sé.

Horus hizo una mueca rara y miró hacia el final de la calle.

—Ese pedazo capullo me las va a pagar —gruñe en voz baja.

Estoy muy de acuerdo dios egipcio. Me gustaba ese mote aunque fuera muy simple y puede que ahora Horus me parezca mas guapo que Hades, creo que los ojos verdes me van a gustar mas que los azules.

¿A quien intento engañar? Los ojos de Hades son únicos y los mas bonitos que he visto nunca. Aunque eso no lo admiré nunca en voz alta, y menos delante de Cole o se pondrá pesado porque los suyos son azules.

Horus saca su móvil e imagino que estará llamando a Hades cuando se lleva el teléfono a la oreja.

Hace una mueca de fastidio cuando no le contesta y pone una sonrisa de cansancio

—Seguro que estará huyendo de alguna pichoncita —sonríe y me mira pero se le borra la sonrisa al momento—. ¿Seguro que estas bien? —pregunta a la vez que levanta mi barbilla con los dedos—. ¿Por qué lloras?

Esclava del deseo ✔️ [Esclava #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora