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VULNERABILIDAD
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Una corriente de aire frío se coló desde el balcón, y hondeó ligeramente los mechones de rebelde cabello negro que enmarcaban el rostro del Uchiha, harían lo mismo con un par de largas hebras de cabello azulino.
Sasuke permanecía sentado en el alfombrado suelo de la sala, cercano al balcón y con Hinata entre sus piernas, la misma que lucía más tranquila pero agotada... ella no se había movido, ya había controlado su llanto pero seguía abrazándolo; él apenas sentía el respirar pausado de la suave respiración femenina, no sabía cuánto tiempo llevaban así. Suspiró cansadamente y Hinata abrió despacio sus ojos, los mismos que pesaron demasiado.
La joven de pronto fue consiente en la posición en la que se encontraba y con quién. Sus manos que en un momento rodearon la ancha espalda del Uchiha, ahora descansaban a cada costado de las caderas del joven, mientras ella apoyaba su rostro en el pecho masculino, la visión de su departamento no terminaba de volverse nítida y ella se sentía cansada, como si acabase de despertar o apenas estuviera por dormir, no sabía, pero poco a poco se fue apartando.
—Hinata— la voz de ese ser de ojos negros sonó ronca y débil.
Ella apoyó sus manos en el abdomen del chico y se sentó correctamente, frunció el ceño al ser su visión borrosa... ella comenzó a negar en silencio sin terminar de entender cuánto se había perdido.
—De-debo... debo ir a...— mencionó, y después de estar de rodillas, se puso de pie. Él la imitó sin dejar de verla —a...— volvió a decir y entonces su cuerpo se puso débil, ella buscó el apoyo de un mueble cercano pero no lo encontró.
—¿Qué diablos?— se cuestionó en voz baja el Uchiha al sostenerla.
Un par de golpes sonaron en la puerta principal de ese departamento y él volteó a ver.
—Disculpe— se excusó el encargado del edificio al regresar preocupado por la joven, luego de casi cuarenta minutos de haber partido —. Ella... ¿se encuentra bien?— preguntó al verla ahí de pie con él, casi en medio de la sala.
—¿Por qué?— cuestionó el desconfiado joven.
—Porque...— habló el regordete sujeto al haber entrado y señalar con su dedo a la pequeña mesa ratona del centro de la sala, y los negros ojos del Uchiha se deslizaron a ese lugar — le... le di un... calmante— agregó y se acercó a tomar la pequeña caja de píldoras que había tomado del botiquín de portería, antes de subir con ella momentos atrás.
—Ya veo— mencionó secamente el pelinegro—. Ella está bien, la llevaré a dormir— aseguró y cargó en brazos a la débil ojiperla que apretó sus ojos buscando librarse del mareo.
El robusto sujeto asintió al verlo avanzar —¿Quiere que llame a alguien de su familia?
Él detuvo sus pasos y lo meditó por un momento —No. Yo me haré cargo— aseguró y volteó a verlo de medio lado.
El otro asintió —Cualquier cosa que necesite, estoy en la extensión 100— informó antes de girarse y hacer cerrar la puerta tras él, luego de ver al Uchiha afirmar.
—Ne-necesito— habló con voz débil y ronca, seguramente por el dolor de garganta, la frágil ojiperla —... de-debo ir... a-al hospital—continuó y apretó sus delgadas manos sobre la camisa del pelinegro, antes de que él la recostara sobre la cama.
—Irás— aseguró —, pero no ahora— agregó al tomarle las mano para acostarla en la cama.
El cuerpo de la Hyuuga se sintió más pesado en contacto con el mullido colchón, y aun así intentó inútilmente incorporarse.
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Consecuencias
FanfictionCuando la vida de Hyuuga Hinata recién comenzaba a cambiar y creía encontrar el amor, el destino le interpondría a Uchiha Sasuke, la persona que cambiaría y marcaría el resto de su vida. ¿Cuándo el acto más despreciable cometido hacia una mujer, uni...