vestigios de un corazón.

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VESTIGIOS DE UN CORAZÓN

Las diminutas gotas de agua que estaban cayendo del cielo poco a poco aumentaron su presencia. Un coche que salía pasó tras el auto de la ojiperla y Sasuke, todavía besando a Hinata, movió su cuerpo y encubrió esa caricia con alto grado de posesión que le estaba dando. Ella se encogió en sus hombros y se apartó de sus labios al darse cuenta del enorme riesgo que estaban tomando. ¿Desde cuándo estaba tan preocupada por cuidar la clandestinidad de eso?

Cerró los ojos y lo apartó. Y es que lo que más la atormentaba era que él parecía hacerla caer en su juego, Sasuke nunca pretendió guardar el secreto, al contrario, él siempre la presionó para hablar e incluso estúpidamente cobrar venganza... ahora estaba en un serio problema. Ella y él tenían algo, por muy torcido que eso fuera.

Negó en silencio. No podía creerlo, no podía ser.

—¡Basta!— exigió y retrocedió un paso empujado su mano para librarse de su tacto.

—¿Qué?— preguntó molesto viéndola acomodarse su ropa, e intentar limpiar el rastro suave de sus salivas en los labios.

Hinata jadeó atormentada por todo lo que sentía, ¿por qué lo dejaba tocarla así como así y por qué lo besaba? Lo vio a los ojos y negó en silencio.

—E-esto es... es una aberración— mencionó al retroceder un par de pasos más mientras buscaba a ciegas las llaves de su auto.

Él sonrió molesto —¿Aberración? ¿Por qué? ¿Por qué te gusta y te atormenta?— preguntó achicando los ojos y la paralizó cuando ya había logrado obtener sus llaves. La mirada negra se tornó hostil... con Hinata siempre parecía ser lo mismo, creía avanzar un paso y en realidad estaba retrocediendo dos.

La lacia peliazul negó insistentemente haciendo mover su cabello —N-no me gusta— negó y ni siquiera ella pudo convencerse de sus palabras, hecho que sólo le generó incomodidad en su garganta. Ya no pudo seguir hablando para convencerlo de nada.

Los labios varoniles del Uchiha se curvaron en una sonrisa despectiva. ¿Cómo pudo encapricharse tanto con ella? Avanzó dos pasos y Hinata nerviosa y tratando de ocultarlo, encajó sus llaves en la puerta para enseguida quitar el seguro. Cuando abrió la puerta, la mano de Sasuke presionándose contra ésta, la volvió a cerrar.

—¿Qué es lo que realmente está molestándote?— le preguntó roncamente al volverse a colocar frente a ella, acorralándola una vez más entre su cuerpo y el auto — Porque, ¿sabes, Hinata?... Tus palabras pueden pretender mentirme; pero la humedad entre tus piernas la vez pasada, no me engaña— dijo haciéndola abrir los ojos sorprendida.

—¿Quiere callarse?— casi alzó la voz y lo empujó. Su cuerpo estaba temblando por lo crudo de sus palabras y lo verídico de las mismas.

—Mph— él sonrió arrogantemente. Disfrutaba como pocas cosas verla tambalearse y dudar hasta de ella misma cuando le ponía la verdad en la cara.

—Está equivocado— susurró ella viéndolo a los ojos sin saber cómo podía sostenerle la mirada —. Y... y ya no lo diga— suplicó avergonzada y sintió, tontamente, sus mejillas sonrojarse.

—¿Por qué te atormenta?— le preguntó con verdadera curiosidad —¿Porque es precisamente conmigo con quien comienza a gustarte acostarte? ¿O porque querías llegar virgen al matrimonio y hacerlo únicamente con la persona que amaras?— añadió con burla y un tinte de desprecio en eso último.

Ella dejó escapar el aliento que fue visible como una capa de suave vapor y negó al bajar su mirada, de pronto se sintió humillada por él. Apretó sus manos en puños e inhaló profundamente y en silencio.

ConsecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora