Mil mentiras y una verdad.

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MIL MENTIRAS Y UNA VERDAD

—¿Hinata?... ¿Sasuke?— la voz femenina y notoriamente impactada rompió la burbuja en la que la pareja pareció envolverse —... ¿u-ustedes? — y los ojos verdes temblaron sin poder creer lo que veían.

La peliazul que ya luchaba por no llorar por los fríos y astutos cuestionamientos del Uchiha que seguía abrazándola por la cintura, llevó sus asustados ojos a la dueña de esa voz que de inmediato reconoció; su respiración siguió escapando por sus labios, temblorosa, como toda ella.

—¿U-ustedes dos...?— la voz de Ino se cortó al todavía no dar crédito de lo que estaba viendo —¡¿Qué demonios están haciendo?!— casi alzó la voz cuando Sasuke volteó a verla fríamente de medio lado, molesto por la interrupción.

—I-I-Ino, no... no es lo que...

La rubia dejó escapar el aliento indignada al verla pretender negar lo evidente.

Hinata quiso salir de entre su auto y Sasuke, pero éste lo impidió. Cuando alzó su vista a él, vio frialdad, desinterés y molestia, y ella no lo entendió; dejó escapar el aliento y fue más consciente que nunca del latir pesado de su corazón. La Hyuuga dejó de verlo y al llevar otra vez su atormentada mirada a la rubia frente a ellos, sintió como si toda la sangre en ella desapareciera, enfriando su cuerpo y volviéndolo pesado.

—... Ino.

La rubia abrió los ojos todavía más sorprendida cuando vio a Hinata casi caer.

«Joder» pensó molesto el Uchiha al detener el frágil cuerpo de la Hyuuga «Tan estúpidamente débil»

—¿A dónde la llevas?— preguntó la Yamanaka asustada al ver un brazo de Hinata colgar, así como parte de su vestido al estar en los brazos del pelinegro.

Sasuke no respondió y caminó con ella como si no pesara nada, Ino casi corrió tras él al verlo avanzar entre varios coches y evadir estudiantes. La rubia giró su rostro preocupada entre los presentes y cuando el Uchiha por fin se detuvo frente a su coche, ella frenó abruptamente sus pasos.

—Abre la puerta— el ojinegro le ordenó secamente.

—¿Qué?

La mirada penetrante del chico la hizo casi temblar y se apresuró a abrirle la puerta del copiloto.

—¿Qué demonios creen que hacen, Sasuke?— lo jaló del brazo luego de que éste acomodara a la inconsciente chica en el asiento.

El pelinegro la vio desde su altura y cerró la puerta para dar media vuelta y pretender marcharse.

—Hey, te estoy hablando— la rubia lo siguió y moderó su voz para no llamar más la atención.

El Uchiha detuvo sus pasos antes de acercarse siquiera a la puerta del coche.

—No te metas en esto.

—¿Eh?— ella se molestó y caminó para poder verlo a la cara — ¿cómo demonios pretendes que no lo haga? ¿Qué significa esto? ¿Desde cuándo ustedes dos se entienden?— agregó la chica y la determinación en sus ojos le advirtió al Uchiha que ella no se quitaría hasta no tener una respuesta.

El pelinegro resopló cansadamente y desde ahí vio a Hinata permanecer inconsciente.

Ino guardó silencio viendo como el endurecido rostro del chico pareció serenarse mínimamente.

ConsecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora