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DETRÁS DE UNOS OJOS PERLAS
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Afuera se podía escuchar el sonido de un par de autos pasar, y el maullido del gato de la casa vecina; un imperceptible viento ondeaba suavemente la cortina en la ventana de la casa del rubio, y Hinata en el interior sólo podía morder su labio y buscar silenciarse.
Sasuke había comenzado a moverse suavemente y ella, ella había descubierto sorprendida que al dejar de tensarse, había dejado de doler. La espalda de Hinata descansaba completamente en el mullido sofá y su cabeza se encontraba ligeramente echada hacia atrás, Sasuke se encontraba besando su cuello y apoyaba su peso sobre sus brazos, mientras sus caderas se balanceaban en un vaivén tortuoso para la ojiperla, que sin saber por qué, mantenía sus manos en la dura espalda masculina, sintiendo como los músculos de ésta se tensaban y relajaban cuando la penetraba.
Cuando el fuerte pelinegro deslizó su mano sintiendo la piel tersa y firme de una de las piernas de la Hyuuga, fue que Hinata lo complació al dejar escapar un gemido pudoroso, pues Sasuke apretaría la misma para un segundo después enredársela en su cadera.
Hinata volvió a gemir avergonzada al darse cuenta en la posición tan comprometedora en la que estaban, y era así, porque justamente ella se lo estaba permitiendo, no había ofrecido resistencia para dejarlo casi desnudarla y tampoco, para dejarlo... ¿hacerle el amor?
No.
No era amor, Sasuke sólo estaba reclamando su cuerpo, entonces, ¿por qué lo dejaba?
—Mhmn— ella gimió y llevó sus manos de la espalda masculina hasta apoyarlas en su pecho —. Por favor... de-
—No me voy a detener— advirtió él al hablarle roncamente sobre sus labios.
Sasuke salió ligeramente de ella y despacio volvió a enterrar su miembro húmedo en su interior. Una mueca de satisfacción se posó en los labios del Uchiha al verla apretar sus ojos y fruncir el ceño mientras no lograba contener un gemido.
—¿De qué tienes miedo?— le preguntó al oído mientras hacía chocar su aliento caliente en su oreja, justo antes de besársela, atormentándola.
Hinata tembló y sus manos se apretaron a los perfectos pectorales del chico sobre ella. De que llegara Naruto, quiso decir, de que alguien los escuchara o se percatara de su presencia en el interior, también eso intentó decir... pero no pudo.
—¿De que te guste?— preguntó el extasiado chico que no dejaba de frotarse dentro de ella.
Hinata jadeó al verlo a los ojos y él sonrió orgulloso y satisfecho.
—Ah, no— aseguró apenas con aliento. En ese momento no sabía si mentía porque algo raro estaba sintiendo.
Él dejó escapar el aliento cuando ingresó su miembro hasta lo más profundo de ella y ahí se quedó un segundo.
"Me gusta" reconoció al verla con el ceño fruncido suavemente por la nueva sensación. El pelinegro se maldijo por esa traición del subconsciente, la tomó de una mano y la obligó a abrazarse a su cuello. Hinata se dejó hacer.
Sasuke volvió sus embestidas más necesitadas y movió su cuerpo y a ella con él. Bajó su negra y profunda mirada a ver el movimiento excitante del rebotar de sus redondos senos, entonces la ojiperla llevó su otra mano a su fuerte hombro. El Uchiha gruñó al verla y sentirla reaccionar más naturalmente, o tal vez, con menos temor. Definitivamente ese estado de vulnerabilidad de la Hyuuga lo estaba ayudando.
No quiso pensar más y entonces bajó su pecho a ella, aplastando los dos redondos senos de la ojiluna y satisfaciéndose más por eso. Hinata apenas podía contener sus jadeos, él chocaba su pelvis contra su sexo al penetrarla y por consecuencia la obligaba a jadear; Sasuke hacía lo mismo, pero él por el placer quemante de su pene apretado en su interior, por la sedosa y tibia humedad dentro de ella. Jadeó en su oído y sus embestidas se hicieron tan profundas como creía que ella podía resistirlo.
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Consecuencias
FanfictionCuando la vida de Hyuuga Hinata recién comenzaba a cambiar y creía encontrar el amor, el destino le interpondría a Uchiha Sasuke, la persona que cambiaría y marcaría el resto de su vida. ¿Cuándo el acto más despreciable cometido hacia una mujer, uni...