El agarre de Sasuke en la cabeza de Hinata era firme, pero la forma como pasaba sus labios por su mejilla directo a los de ella, delataban el temor de que se esfumara de pronto.
—¿Cómo es que estás aquí? —susurró.
No sabía si deseaba tanto saber su respuesta como besar sus labios; los probó y soltó afirmando bien su cuerpo para mantenerla con él.
Hinata jadeó ante una vieja y conocida tensión cuando sus ojos se unieron a los negros de él. Estaban enrojecidos. Eso volvió a hacerle notar el nudo de su garganta.
Sasuke buscó resguardarla en la seguridad de su departamento mientras Hinata batallaba para sonar firme al hablarle sobre los labios.
—Neji, él me llevó de regreso a la mansión. No había forma de que pudiera permitirle mantenerme encerrada.
Sasuke aseguró la puerta para después sentar a Hinata en una de las sillas frente a la barra, recordando la fragilidad en su vientre. Durante ese trayecto Gato no dejó de hacerse notar al maullar alto, paseó por sus pies, pero esta vez fue ignorado por ambos. Sasuke pegó su frente a la de Hinata al tiempo que le acariciaba la mejilla con más fuerza de la necesaria.
—¿Tuviste problemas?
Hinata negó despacio esperando el beso que esos labios sensuales buscaron al acercarse.
—Lo siento tanto, Hinata.
Cuando él llevó la segunda mano a su rostro y la vio tan cerca a los ojos, las ganas de llorar le volvieron maximizadas. Le sonrió y cerró los ojos cuando no resistió el deseo de besarlo. Sasuke correspondió con ímpetu y pronto una mano grande bajó de su rostro a apretar su cintura. El sonido gutural de Hinata disparó una ola de calor abrazante por ambos cuerpos.
La ambición de Sasuke -que nunca menguó- de mantenerla con él, se transformó en seguridad pura: no había forma de que alguien se la arrebatara de las manos ahora. Atrajo su cuerpo al suyo y apretó tanto sus manos en él que volvió a escucharla gemir. Hinata, jadeante, se abrazó a su cuello y separó sus labios cuando la lengua de Sasuke la invadió. Mezcló sus dedos en el rebelde cabello y, mientras lo atraía a ella, reconoció que el sabor a alcohol antes común en él, ahora era reemplazado por sabor a menta; pese a ello, la voracidad del beso era mucho más grande de lo que recordaba. En esa figura desgastada que la besaba y le apretaba el cuerpo podía sentir al antiguo Sasuke más vivo que nunca. Hinata disfrutó su contacto y fuerza cuando le separó las piernas, él se inclinó sobre ella obligándola a apoyarse contra la barra. La excitación en forma de agua caliente que resbaló por su cuerpo le nubló tanto la razón como ya lo hacía con él.
Él dejó sus labios con un jadeo ronco.
—Te extrañé tanto —le dijo. Su aliento caliente en el oído la estremeció completa. Hinata se percató de la forma en que sus pezones sobresalían sobre su vestido y de pronto encontró inmoral la posición en como ambos se encontraban; ella, con sus muslos expuestos.
Los labios húmedos de Sasuke haciendo contacto con su cuello volvieron a sumergirla en la pasión que siempre la haría obedecer a sus instintos. Esta vez, Hinata quiso hacerse dueña de lo que estaba sintiendo.
—Debemos hablar—susurró llevando sus manos al rostro de Sasuke, apartándolo, y disfrutando de esa nueva sensación que provocaba la barba de días.
—Sí. Después.
Él buscó de nueva cuenta sus labios, pero ella ladeó su rostro. Con un poco más de firmeza se recompuso y se levantó.
La evidente necesidad que Sasuke tenía por más contacto fue visible en la forma como la miró al notarla apartarse.
—Por favor —suplicó—. Papá está en casa.
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Consecuencias
FanfictionCuando la vida de Hyuuga Hinata recién comenzaba a cambiar y creía encontrar el amor, el destino le interpondría a Uchiha Sasuke, la persona que cambiaría y marcaría el resto de su vida. ¿Cuándo el acto más despreciable cometido hacia una mujer, uni...