Quebrantables.

3.9K 188 57
                                    

-19-

QUEBRANTABLES.

Hacía algunos minutos que los pequeños y presurosos pasos de la enfermera a cargo de ese sector, habían dejado de escucharse. En el interior de esa pequeña bodega las manos del Uchiha se apretaban a la cintura y cuello de Hinata mientras ésta buscaba respirar entre los necesitados besos del ojinegro.

—Sa-Sasuke— lo nombró entrecortadamente y lo vio a los ojos al seguir sobre él.

Las mejillas de la Hyuuga estaban tensas producto del llanto derramado y sus ojos se veían más cristalinos, los mismos temblaron al encontrarse con aquella profundidad negra que la veía fijamente; Hinata reconoció en ese momento que ese chico frente a ella estaba perturbándola de una manera terrible y se ruborizó por eso.

—... y-yo— intentó continuar pero él volvió por sus labios. Ella cerró los ojos atormentada y apretó sus manos en la camisa del chico que abrió sus labios para comer los de ella. En ese momento ya no sabía por qué razón se estaba quedando con él y aquello era aterrador.

Sasuke apretó sus manos en la cadera femenina, atrayéndola a él; desde que Hinata se dejó besar una punzada de pasión se encendió en medio de su vientre. Ella se removió nerviosa al sentirlo y aquello sólo lo hizo endurecer más el cuerpo del varón, el Uchiha la sujetó reafirmando su agarre y eso casi le detiene la respiración a Hinata.

La ojiperla jadeó al verlo a los ojos y algo de la firme pasividad del chico, no le permitió asustarse en extremo cuando él dejó de besarla. El Uchiha siguió ahí, entre sus piernas casi desnudas, Hinata se agitó al darse cuenta que el ambiente se sentía pesado, tenso, de una forma que la hacía estremecer.

Los labios de la chica temblaron, ella no podía hablar o no sabía qué decir, entendía que algo ocurría y sabía que ella estaba dejándolo pasar, su cabeza estaba hecha un lío, no quería estar ahí porque estaba hundiéndose con Sasuke y tampoco podía irse, por aquella petición de aquél otro pelinegro, y que ella se había autoimpuesto como compromiso.

Justo cuando la peliazul quiso decir algo, los dedos índice y medio del Uchiha la silenciaron en un sutil contacto con sus labios, paralizando a la joven. Los ojos negros y perlados se vieron fijamente, Sasuke enderezó suavemente su cuerpo mientras viéndola a los ojos se daba cuenta que era adicto a ella... deslizó sus dedos de sus labios y despacio volvió a besarla. Era adicto a esos labios temblorosos, a sus besos dulces, a su piel, a su aroma, a su cuerpo entero; lo reconoció cuando levantó la blusa de la chica que cerró los ojos al besarlo, y deslizó su mano bajo su ropa para acariciar uno de sus redondos senos.

Hinata gimió avergonzada.

Y a él ese gemido lo extasió.

Las manos de la ojiperla se apretaron en los hombros del Uchiha, tal vez buscando apartarlo o tal vez controlando su propio cuerpo que temblaba por él.

—Sa-Sasuke— la delgada voz apenas se escuchó cuando él dejó sus labios. Hinata tuvo que apretar sus ojos cuando la hambrienta boca del Uchiha bajó a su cuello.

El pelinegro jadeó y lamió el cuello de la frágil chica que tontamente se empujaba acariciando su endurecido miembro, al buscar apartarse. La mano sobre la cintura de femenina se apretó sin permitirle irse y la otra siguió acariciando el seno que había logrado desnudar. La Hyuuga mordió su labio y ocultó su rostro en la cabeza del chico que había bajado a comer de sus senos, su cuerpo tembló y un par de gemidos avergonzados llenaron el pequeño cuarto. Ella ni siquiera se atrevería a alzar la voz por miedo que alguien merodeara por el pasillo.

ConsecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora