Después de un sí.

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DESPUÉS DE UN SÍ


Hinata apretó sus ojos cuando Sasuke colocó una de sus manos en su cadera, jalándola hacia él, mientras amenazaba con hacer de ese beso más pasional.

El sonido de un claxon que alertó a otro coche que retrocedía y casi lo impactaba, fue suficiente para que la peliazul recordara dónde se encontraban, y se retirara nerviosa de entre los brazos del alto pelinegro.

—Ah... ah, yo— Hinata se llevó una mano al cuello, señal de su nerviosismo y luchaba por sostenerle la mirada —... yo, yo debo irme— agregó cuando se sintió comenzar a ponerse roja a pesar del clima helado.

—Espera— el Uchiha la detuvo al sujetarla de un brazo —, necesitamos aclarar ciertas cosas.

Ella jadeó nerviosa y su aliento fue visible como una delgada capa de vapor escapando por sus labios, entonces asintió.

—L-lo sé— mencionó al soltarse del agarre que pesaba en ella y giró su cabeza viendo como muchos estudiantes se retiraban del lugar, en coches o caminando —, pe-pero no aquí— terminó por decir al observar aquellos ojos negros que la veían con algo parecido a una extraña curiosidad —. De-debo irme— dijo y luego de jugar por segundos con sus dedos al no dejar de verlo a los ojos, se dio media vuelta y avanzó largos pasos para adentrarse a su auto.

El Uchiha se mantuvo de pie viéndola pelearse con el cinturón de seguridad luego de encender el coche. ¿Qué había ocurrido con ella para mostrar ese cambio? Él tragó discretamente al darse media vuelta mientras ella salía en reversa.

—Joder— lo molestó no entenderla y siguió caminando con las manos en los bolsillos, directo a su auto.

A varios metros recorridos el Uchiha se hartó todavía más, al encontrarse con ciertos ojos verdes de mirada pesada puestos sobre él. Gaara le sonrió de manera torcida al haber presenciado su encuentro con cierta Hyuuga. Sasuke lo pasó de largo dejándole una mirada de advertencia y el pelirrojo amplió su sonrisa al volver a fumar de su cigarrillo... ¿por qué si esos dos tenían algo, lo mantenían oculto de todos? ¿y por qué ella parecía tan preocupada por no ser vista con aquél engreído del Uchiha?

—Eres tan extraña, Hinata Hyuuga— mencionó sólo para él y una débil sonrisa curvó sus labios.

—¿Listo para irnos?— Temari llegó haciéndolo girar su rostro a ella.

—Kankuro aún no llega— soltó sin mucho interés con su voz ronca y fría.

La rubia suspiró y se sentó en el cofre del vehículo, para poder ser más independiente debía seguir esperando a tener disponible su coche, luego de que se le ocurriera la brillante idea de prestárselo a Gaara y éste lo chocara.

—Y... ¿qué hacías?— preguntó al ver de reojo a su hermano, debía sacar conversación o moriría de aburrimiento mientras esperaban.

Gaara negó y sonrió de una manera que a ella no le gustó, como cuando alguna maldad se le metía en la cabeza. Temari terminó por resoplar aburrida al darse cuenta que su hermano, como de costumbre, no sería un buen conversador.

O.O.O.O.O

—Joder— soltó un frustrado Uchiha al recargarse completamente en el asiento de su coche. Echó su cabeza hacia atrás y cerró los ojos —¿Qué mierdas fue eso, Hinata?— se añadió con voz ronca.

ConsecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora