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ENTRE LAS SOMBRAS
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Sasuke apretó los párpados cuando sintió su móvil vibrar en el buró del costado. Estiró su mano y tuvo que buscarlo a ciegas en el suelo cuando se le cayó. Apagó la alarma sin verlo y entonces abrió sus ojos despacio. Fue consciente de todo el cansancio de su cuerpo y, aun así, sonrió al sentir el peso y la tibieza de Hinata sobre él. Habían hecho el amor más de una vez, terminando dormidos así, agotados, ella vencida sobre su pecho.
El pelo azulino y desordenado rozaba su rostro, provocándole el deseo de rascarse ahora que era consciente. Levantó su mano, tolerando el cansancio y buscó verla a la cara mientras le tocaba la punta de la nariz. Hinata hizo una mueca y siguió dormida. Él sonrió.
Si había algo parecido a la paz, era eso. A pesar del cansancio, estaba bien. Le acarició la curvatura de su espalda desnuda y repasó lo ocurrido la noche anterior. Entre sudor, piel y jadeos, el éxtasis había llegado golpeándolo violentamente, y Hinata había reaccionado de la misma forma; le había permitido hacer con ella lo que gustó. Se había entregado como nunca. El peso de la conciencia volvió a molestarlo. Por un momento volvió a verla, olvidándose de toda moral, cuando ella se removió sobre él. Sasuke cubrió su cuerpo desnudo y se giró con ella, para dejarla recostada sobre el colchón. Hinata suspiró y siguió dormida. Era increíble la confianza que la peliazul ya le tenía, se reconoció Sasuke.
Eso lo hizo sentir más miserable. Se pegó a ella y, sujetándola de la mejilla contraria, besó su rostro. Pegó su frente a una de sus sienes y se prometió volverlo a intentar.
Se levantó directo a la ducha. Un baño de agua fría era lo que necesitaba para terminar de despertar. Más que otros días deseó que llegase el domingo y dormir hasta tarde al lado de esa floja chica. Sasuke apretó el puente de su nariz, apoyado con su otra mano de la fría pared, y dejó correr el agua fresca por su cuerpo desnudo. Su conciencia volvió a atormentarlo. Quería mantenerse a la altura de Hinata, ser digno de ella y mantenerse limpio; pero la situación estaba sobrepasándolo. Quería no decepcionarla íntimamente, rendir en el trabajo y, a veces, olvidar. Cuando volvió a buscar a Hidan, luego de tiempo de no hacerlo, supo del tamaño de sus problemas y su debilidad.
¿Qué le diría Hinata si supiese? Si se enterase del daño que su adicción llegó a provocarle, a ella, que no tuvo culpa, ¿lo perdonaría? Pensar que no, que lo odiaría si llegase a saberlo, le hizo sentir pesado el estómago. Eso la destruiría. Porque entonces, Hinata terminaría de ver el monstruo que había en él.
El agua comenzó a helarle la piel. Negó en silencio al forzarse a dejarlo pasar, si seguía pensándolo, no encontraría el coraje para seguir adelante; ya tenía a Hinata, ella lo había perdonado, aunque él mismo no lo hiciese y eso debía bastar. Eso bastaba. Tenía más de lo que merecía y egoístamente seguiría tomándolo.
Para cuando salió de la ducha, Hinata seguía dormida, ignorando su móvil que vibraba en el sofá cercano. Se vistió, viéndola dormir, ajena a él. Odiaba la sensación de ansiedad y vacío que venía después de consumir. Y en ese momento, con ella dormida ahí, se dio cuenta que si le faltaba, la iba a extrañar. La iba a necesitar más que a cualquier droga. Por eso necesitaba cuidarla. De él.
Salió de esa habitación con ese pensamiento otra vez en la mente.
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O.O.O.O.O
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Una película continuaba reproduciéndose, provocando que los ojos verdes de Ino se humedecieran, ella permaneció quieta disimulando las ganas de llorar que ahora tenía. Comió palomitas ignorando a Naruto que pasó tras ellas en busca de una bebida.
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Consecuencias
FanfictionCuando la vida de Hyuuga Hinata recién comenzaba a cambiar y creía encontrar el amor, el destino le interpondría a Uchiha Sasuke, la persona que cambiaría y marcaría el resto de su vida. ¿Cuándo el acto más despreciable cometido hacia una mujer, uni...