Celos, navidad y cariño.

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CELOS, NAVIDAD Y CARIÑO

La mirada perlada y brillosa, de lo que podría ser pasión, de Hinata, se encontró con la mirada negra y profunda de Sasuke. La respiración de la joven escapaba por sus labios entreabiertos y el calor de su cuerpo que parecía comenzar a arder, era mínimamente calmado por lo frío de ambos ropajes mojados.

—Ah... de-debes estar... bro-...

Él gruñó ante lo que le supo a una negativa; llevó una de sus manos al mojado cabello tras la nuca femenina y la atrajo más a él, aplastando los dos redondos y tibios senos de la Hyuuga sobre su pecho, también casi desnudo. La mirada de ella tembló a la expectativa y casi contuvo la respiración, la mirada de Sasuke había bajado de sus ojos a sus labios y sentirlo dentro de ella la mantenía tan inquieta.

—No es una broma— le aclaró con voz ronca por la pasión, al hablarle sobre los labios.

Ella perdió el aliento e inmediatamente después, sintió el calor de la respiración, su lengua y sus labios tibios comiéndole el cuello. Cerró los ojos casi angustiada por el placer que él le estaba dando. Las grandes manos masculinas resbalaron por su espalda y pronto se posaron celosas y posesivas sobre su trasero, levantándola y bajándola, despacio pero profundamente. Ambos gimieron, ella pudorosa y él extasiado y tan roncamente.

El Uchiha resbaló ligeramente su cuerpo en ese asiento, separó sus piernas obligando a Hinata a hacer lo mismo. Para ese momento, cada cristal en ese auto comenzaba a empañarse, ninguno de ellos se percató del aumento de la lluvia en el exterior, pues Hinata sólo podía sentir como Sasuke elevaba sus caderas penetrándola y cómo apretaba más su abrazo sobre ella, sin dejar de besarle el cuello, calentando más su cuerpo de lo que pudiera soportar.

Y mientras una mano del Uchiha se afirmaba rodeando la pequeña cintura de Hinata, la otra había subido a más que acariciar, a amasar con un poco de fuerza uno de los desnudos y redondos senos de la joven. Ella tembló e intentó encoger su cabeza en sus hombros, buscando tal vez controlar la electricidad que le quemaba el cuerpo, pero Sasuke, con un poco de brusquedad, reclamó su espacio en su cuello y siguió besándola con grandes y húmedos besos; en algún momento él la mordió y eso la hizo gemir y echar su cabeza hacia atrás... Hinata no quería permitirse sentir eso, pero la caliente humedad que comenzó a surgir de su interior la hizo perder todo atisbo de razón, Sasuke no dejaba de moverla y moverse bajo ella.

La ojiperla se mordió uno de sus labios buscando acallarse y ya no sabía qué era peor, si tener los ojos abiertos y ver cómo Sasuke la tocaba, cómo su rostro perfecto se perdía a un costado del de ella y cómo sus manos se apretaban en su piel; o cerrarlos y sentir con mayor intensidad cómo era penetrada, ser consciente de su vestido enredado en su cintura y su blusa abierta, dejando libres sus senos que se apretaban al duro pecho del joven que apenas la dejaba respirar por todo lo que la estaba haciendo sentir.

Sasuke gruñó cuando Hinata echó su cabeza hacia atrás y tuvo que dejar su cuello, la tonta joven ni siquiera fue consciente cómo ese simple movimiento lo calentó más, pues tenía casi en su rostro la perfección de sus dos senos, y su sexo se apretó más contra él. Ambas manos masculinas se dedicaron a cuidarla, una en su cadera, moviéndola, sin perder la desquiciante sensación de sus cuerpos siendo uno; y la otra, dándole soporte a su espalda.

¿Cómo demonios podía gustarle tanto?, se preguntó al sentirla vibrar suavemente cuando él insistió en seguir enterrándose en ella. Le parecía perfecta, más así, con su cabeza ligeramente echada hacia atrás, dejando que su largo cabello azulino le rosara sus muslos desnudos, y exhibiendo ese sonrojo pudoroso, pero sin poder controlarse pues también la sentía aligerar el peso de su cuerpo, ayudándole en la penetración.

ConsecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora