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Lauren
Miami

Estaba siendo una gran cobarde, lo sabía, pero es que esa sensación en mi pecho no podía desaparecer.
La había visto, ella estaba realmente interesada en ese chico, yo no podía ser egoísta y permitir que cancelara su baile por ir conmigo. No valía la pena. Prefería mil veces su felicidad a la mía.
Di la vuelta en el siguiente pasillo para llegar a gimnasia, eran las últimas clases así que solamente pasábamos ahí para cotillear.
Varios alumnos toparon el hombro conmigo sin disculparse, a veces cuando Camila no iba a mi lado podía ser propensa a bromas y palabras ofensivas. Las ignoré como siempre lo hacía. Durante toda mi infancia y adolescencia, hasta ahora había recibido demasiados apodos. Aunque luchaba por no tomarlos en cuenta sabía que terminando ese lugar podría dejar atrás los apodos y dedicarme a jamás lucir como lo hacía ahora.
Intentaba usar ropa floja, pero aún así quedaba apretada en ciertas partes de mi cuerpo.
Suspiré profundo y entré al auditorio. Entré por detrás de las gradas, pero algo me hizo detener de golpe.
Era Camila, estaba con el chico que la había invitado al baile. La tenía abrazada por la cintura y ella sonreía coqueta.
Mi corazón dolía, tal vez exageraba pero parecía ser como si hubieran disparado de pronto a mi pecho. Detuve mis pasos y quedé en un sitio donde estuviera fuera de su vista.
Era de mala educación escuchar, a estas alturas sólo quería convencerme de que ella solo iba a ser mi mejor amiga, toda la vida.

-Ya te dije que irás conmigo y por favor, no me puedes pedir que lleve a mi amigo para que acompañe a Lauren ¿A caso vas a pagarle?
Camila dio un ligero golpe en su hombro.

-Lauren es una buena persona, apuesto a que si el resto hablará un poco con ella se darían cuenta que....

-¿Quien esta diciendo que es tonta? Lo que yo dijo es que no tiene algún atractivo, es una nerd Camila y bueno no hay algo de ella que pueda agradarle a alguien. El chico se encogió de hombros. Luego escuché algo que hizo crecer la desconfianza en mi y tal vez decepción hacía ella.

-Bueno, tienes razón.
Mi pecho dolió más de lo habitual.

-Miento, tiene algo. Hizo una mirada juguetona. -A su mejor amiga, eso si que es una cosa buena.
Ella soltó una risita coqueta y sujetó su cuello para corresponder el beso ardiente que le estaba dando.
Con el corazón acelerado di unos pasos atrás y salí del lugar ¿Que tan grave sería una falta en esa clase? Finalmente no había sido mi favorita y era obvio que si me ausentaba un solo día en toda mi historia académica no iban a prohibir graduarme.
Sin ningún otro interés, cruce los pasillos hasta la salida. Lo único que deseaba era salir y llegar a mi casa, para poder echarme a mi cama y llorar.
Soporte el pequeño nudo en mi garganta mientras caminé, nadie me notaba y era obvio que no iba a suceder.
Cuando llegue a casa, fue tarde. Unas pequeñas lágrimas dolorosas habían salido de mi ojos.
Había sido terrible enterarme de golpe que ni de juego Camila tendría un interés en mi, solo era su mejor amiga, confidente y quién siempre estaba para consolarle cuando lo necesitara.
¿Porqué se fijaría en mi?
Yo era una mujer para empezar, con sobrepeso, acné y aparatos en los dientes, llevaba gafas y sentía que lo único que valía la pena de mi eran mis ojos verdes, los había heredado de mi abuela materna, para empeorar todo, ella había fallecido un par de años atrás y nadie más me había recordado lo bellos que eran.
Nadie estaba en casa, a excepción de la mujer que ayudaba con la limpieza, y era mejor así ¿Como le iba a explicar que había huido del colegio?
Me encerré en mí habitación toda la tarde, había ignorado las llamadas que Camila me había hecho, había faltado a dos horas mas de clase y siempre nos mirábamos a la salida para caminar a casa o tomar un taxi, ella vivía a cuatro cuadras más de la mía.
Cuando logré detener las lágrimas, saqué esa carta que había escrito, desde inicios del curso, cuando sabía que eran los últimos meses del colegio y que había un sin fin de posibilidades, algunas de separarnos para siempre.

Querida Camila Cabello

Hola Camz, se que jamás te había dado algo así y que no es para la escritura, es solo que he tenido demasiada nostalgia al saber que tendremos que terminar el colegio y comenzar una nueva etapa.
Eres mi mejor amiga y cómo tal debes saber cuánto es que te quiero, tantos años de amistad me han enseñado la importancia de tener a una persona cómo tu en la vida, eres alguien auténtico y demasiado hermosa, apreció mucho tener tu compañía todo este tiempo, simplemente has evitado que yo pueda caer, espero que yo también sea así de importante para ti.
Deseo toda la felicidad para ti, todo lo mejor.
Estoy nerviosa por lo que pueda deparar el destino para ambas, debes enterarte que aunque nuestros sueños puedan separarse, yo siempre seré tu mejor amiga, estaré para ti cuando me necesites.
Hay algo que debo confesarte, algo que tal vez pueda cambiar para siempre tu forma de mirarme.
Desde que apareciste en sexto grado, con ese pequeño moño sobre tu cabeza, con listón, hubo un cambio en mi, ligero, pude verte de forma diferente. Tu me habías hablado sobre lo qué pasó ese verano, habías conocido a alguien y me contaste sobre la sensación que tuviste al tenerle cerca, latidos apresurados en tu pecho, la sensación de tener algo alborotado en tu barriga y la forma torpe en que hablaste con el, si, a también me había sucedido, también me enamoré de alguien ese año.
No pude evitar hacerlo, la diferencia de ti, es que fue de una chica.
A pesar de luchar contra ese sentimiento ya no pude hacer más.
Fue de ti Camila, debes saber que me siento apenada y ahora mismo mientras escribo mis mejillas están enrojecidas y estoy preocupada de como puedas tomártelo.
Siempre te respetaré y después de esto puedo ser tu mejor amiga como siempre, ¿Recuerdas? Sólo tu y yo.
En sólo que puedo confesarte y pensar que con tu grande corazón puedes aún quererme cómo si esto pasará a menudo, es difícil confesarlo, desearía que tu pudieras decirme lo mismo, que me dijeras que yo te gusto como tu a o que me quieres de forma diferente, no quiero presionarte, solo quiero que cuando estés segura de hablar conmigo lo hagas, por que yo voy a esperar tu respuesta el tiempo necesario.
Te quiero mucho Camila.

Con todo mi amor.
Lauren Jauregui.

Sólo tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora