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Lauren
Miami

-¿En serio? Pero pensé que tu...bueno, no es del todo malo experimentar un poco.
Terminé de platicar mi única experiencia heterosexual y el fracaso que había resultado.
Creí haber dado ya demasiada información sobre mi. Debía detenerme. Era nuestra tercera copa y las cosas funcionaban bastante bien. Camila estaba un poco más feliz de lo normal y platicando sin parar, el alcohol hacía lo suyo y yo me divertía.

-Yo también me enamore de una chica, pero nadie debe saberlo ¿Ok? A inicios de la universidad, todo cambió por que conocí a...

-¿A quién?
Aclaró su garganta y sonrió.

-A un chico que me aparto de eso y bueno salimos por unos meses, yo...me gustaba más el que la chica.
Mierda. ¿Porqué se detenía? Pero al final podía admitir que una chica le gustaba.
Terminó su tercera copa y se resistió a beber una más, pero podría aprovechar el pequeño efecto que hacía.
Cerré los ojos y suspiré. Miré el reloj.
Toque su pierna por debajo de la mesa provocando una reacción que fue divertida para mi.

-Es hora de irnos Camz ¿o quieres algo más?
Negó y después se dispuso a salir de la mesa antes que yo. Esta vez fue ella quien se tomó de mi mano. Dejé lo de la cuenta que pedimos minutos antes y salimos de ahí.
Tarareaba una canción mientras llegábamos al auto.
Frente al auto había tropezado un poco y rió. Estaba un poco torpe, me hizo reír también.

-Wow, ¿Solo tres copa y pasó esto?

-Lo siento, de verdad tenía mucho tiempo sin beber.
Logró recargarse en el auto y estuvo frente a mi en un momento, no tenía intención de subir pronto.
Permanecimos en silencio mientras la gente entraba y salía del lugar. Música ruidosa y las luces alrededor.
¿Era una clase de prueba? Supuse que de eso se trataba por que las dos nos estudiábamos de cerca. Sus ojos café movieron en suelo donde pisaba y fue difícil no querer tocarla.
Estaba siendo débil. Ladeó su sonrisa y lo siguiente que sentí fueron sus manos subir por mis brazos y dejarme congelada.
-Eres tan diferente.

-Soy la misma.

-No Lauren, en serio.
Sus palabras habían arrojado todo a donde estaba. Físicamente había cambiado pero seguía siendo la misma por dentro, hasta ahora podía caer de nuevo en sus juegos. Suspiré profundo, debía llevarla a casa antes de que dijera algo para arrepentirme después.
Aparté su cuerpo del auto para abrir la puerta. Ella espero sonriente al lado. Esta vez colocó el cinturón ella misma.

Camila

Era el alcohol seguramente pero había llegado un momento de la noche en que los labios de Lauren me parecían lo más apetecible. Había charlado conmigo sobre su tiempo fuera de aquí, había contado demás haciendo que las dos riéramos y se mantuvo tan atenta a mi. Desde su mirada hasta los leves toques que ponía en mis manos para seguir contando algo.
Yo no evité aprovechar el momento y la estudié tanto que me aterró desear besarla o tocar su mejilla.
Lauren era tan cálida para acurrucarse. Desde niña me gustaba mucho pasar con ella viendo alguna película en casa o simplemente abrazarla para reírnos de cualquier tontería. Al punto en que mis padres o los suyos tenían que venir a pedir silencio en medio de la noche. Era una chica de buen corazón, con los mejores sentimientos, atenta y demasiado inteligente.
Hablar sobre la forma en que me sentí apenas se fue no iba a ser un tema divertido.
Podía leer el montón de experiencia en sus ojos y cómo todo lo que era antes trataba de ocultarse para traer un lado divertido de ella que no conocía.
Me encantaba esa parte, algo que yo había perdido en estos años.
Las cosas que prefería en mi adolescencia ahora se quedaba pequeño ¿Porqué tuve que apartarme de ella y no verla crecer de esta forma?

Después de algunos minutos, Lauren estacionó el auto frente a mi casa. Esperaba no sentirme mareada como hace rato, no quería dejarme en evidencia frente a ella.
Todo el viaje había sido silencioso. El tiempo suficiente para reflexionar y asimilar la información, la presencia tan auténtica que tenía.
Sentía que podía dejar los malos ratos para otro día. Quería pasar otro tiempo con Lauren.
-¿Te ayudo a bajar?
Preguntó juguetona. Yo no evité sonreír frente a la insinuación que hacía de mi corto período de embriaguez.
-Escucha Camz, no quería que te marearas en serio.

-¿No? Quise bromear.

-De verdad que no, fue bueno que te detuvieras. Asentí levemente y apreté su mano en medio de los asientos.

-Estoy bien. Rodé los ojos antes de seguir hablando.
-Me gusto mucho pasar el tiempo contigo, supimos mucho de la otra y me brinda de verdad una seguridad de que no vamos a durar tanto tiempo sin volver a hablar.

-No te despidas, me quedaré otros días más.
Hice los que tanto quería hacer. Roce su mejilla levemente y me incliné para besar su mejilla.
Sentí mi pecho y mejillas arder al instante.

-Puedes venir a cualquier hora del día y estaré aquí, o mandarme un mensaje, ya tienes mi número.
Ella sonrió segura y me ayudó a sacar por completo el cinturón.
Bajó la música que llevaba al encender el auto. Jale la puerta para abrir.
Su mano tibia de pronto cubrió la mía y me hizo volver.
Me sorprendió la cercanía que mantenía entre nuestras caras.
¿Que iba a hacer? Había soltado su cinturón también.

-Hasta mañana Camz. De forma rápida rozó sus labios sobre los míos. Como esperando que yo no lo notará o no correspondiera. Era....mi mente dejó de funcionar apenas se alejó. Mantenía mis ojos cerrados y olvidé que debía salir del auto.
-Oh dios perdón, mierda, soy algo tonta por confundir la cosas.
Se maldijo en voz baja y me pareció tierno. A diferencia de lo que ella imaginaba. Yo no estaba molesta. Más bien sorprendida. El beso se había sentido tan bien que disfrute cada milisegundo de sus labios sobre los míos.
-Estoy...dios ¿Podemos olvidarlo?

-Espera no te disculpes en serio, fue un tema que no discutimos del todo ¿No?
Bien. Me parecía un buen momento para hablar sobre la carta y los sentimientos que ella me había confesado. Imaginaba que con el tiempo se habría disipado pero ahora con lo que hizo, mi pecho se inundó de algo realmente fuerte ¿Ella seguía..

-Supongo que quería saber lo que se sentía, es...difícil...ya sabes, como hace años fue difícil admitir que estaba enamorada de ti, eras mi mejor amiga y la forma en que te enteraste quebró la última seguridad que tenía en mi, fue eso.

-No me permitiste hablar contigo Lauren, lo que dije ese día fue verdad, sobre quererte demasiado, sólo que...éramos buenas amigas y enterarme así de golpe también me confundió, no quería lastimarte.
Negó mirando por la ventana.
Dios. Quería arreglar todo ahora. Por supuesto aliviar cualquier culpa que sintiéramos las dos. Ahora era diferente.
-Pero ahora...no ha sido tan malo, en serio.

-¿A que te refieres?

-Bueno, a que...el beso, no fue mal, yo...
No sabía que más decir. Yo decía la verdad. Mis labios se sentían demasiado inquietos, aun anestesiados. Y solo era un roce.

-¿Puedo besarte otra vez? Sus ojos verdes me miraron con anhelo y fue difícil negarlo.

-¿Lo necesitas?
Pregunté seria. Yo lo necesitaba más que ella. Todo podría terminar realmente mal, pero éramos adultas. Si volvíamos a separarnos podríamos seguir sin ningún problema, saber que esto no nos llevaría a ningún lugar, ella comprendería que tal vez el enamoramiento ya no daba más y yo, que la forma tan diferente en la que aparecía solo me atraía por alucinación.
Asintió.

😧🌡 SI QUIEREN BESARSE

Sólo tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora