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Camila
Nueva York

-Lo siento Camila, necesito que me perdones por todo lo que hice mal, tomé tu relación con Lauren de la peor forma y me arrepiento tanto del daño que les cause, dios, pero si que me comporté mal...conozco a esa chica desde hace tanto tiempo, fue tu mejor amiga, te cuidaba como nunca nadie lo hizo, te lastimó tanto perderla y ahora que recuperaste este tiempo con ella, fui demasiado egoísta, solo quiero que estés feliz y si ella lo hace, no me opondré a las decisiones que tomen...tu y ella deben saberlo ¿Dónde esta Lauren?
Después de una conversación ligera sobre su vuelo y él recibimiento en la ciudad, vino la mirada culpable de mi madre, un: escúchala, de mi padre.
Ella estaba tan afligida que lo único que deseaba era sentarme entre ambos y que me abrazaran. Era lo que necesitaba, que ambos comprendieran lo feliz que era con Lauren a mi lado.
Que la amaba a ella y creía que eso no iba a cambiar.
Dios. Mis esperanzas habían crecido tanto al recordarla decirme que podría casarse conmigo en cualquier momento. Y yo también lo quería, pero era muy apresurado contarle eso a mis padres.
Entre lágrimas asentí a todo lo que dijo mamá y me lancé a sus brazos para llorar como una bebé.

-Esta bien Mamá.
Acarició mis mejillas.

-Cariño, resulta tan molesto esto, quiero decir, Lauren siempre fue la amiga que me gustaba para ti, cuidando de ti y haciendo lo imposible por que tu sonrieras, también como luchaba por correrla de casa después de muchas horas ahí dentro contigo, hasta ahora también tiene que fastidiarme.
Mi padre y yo reímos juntos. Si Lauren también podía ser un dolor de culo. Pero era tan linda y me sentía completa al saber que nadie más se opondría a nuestra relación. Yo necesitaba llamarla y pedir que viniera conmigo ahora.

-Lo se, ahora que están los dos aquí puedo admitir que me agradaba tenerla a mi alrededor, lamento no confiar en ustedes cuando pequeña, debía decirles como me sentía con ella, tal vez me ahorraría llanto y discusiones sobre la universidad, pero yo tampoco esperaba encontrarla de nuevo y luego enamorarme y...
Intentaba contarles como me sentía.

-Hija, soy muy tolerante, y apreció a Lauren, pero también soy un padre un poco celoso, debes hablar con ese brillo en tus ojos de mi y no de ella.
Reímos entre los tres.
La cena llego y después de un sermón bien dado por comprar algo hecho y no de casa. Comimos entre charlas, mi madre también me contó sobre mi ex y sus padres, era un hecho que él dejaría de buscarme y eso me aliviaba, no quería que alguien estuviera en medio de ambas. Respiré profundo al recordar justo lo que había hecho ese día y era mejor que ni se enteraran que me había agarrado a golpes con una mujer solo por Lauren. Sería como volver al colegio y contarles que me peleé con alguien en el receso. Mordí mi labio inferior al recordar y pensar en la forma en que Lauren trataría de resolverlo.
Lauren. Debía llamarla. Cómo si fuera magia, mi móvil sonó en la sala y me disculpe para ir atender. Mis padres esperaron en la mesa sin ningún problema.

-Mi amor, voy a tu departamento, necesito verte y seguir lo que dejamos pendiente. Dijo apresurada.
Abrí mis ojos de golpe. Debía callarse con eso, pero no sabía como decírselo con mis padres en la cocina, sabía el grado de atención que le ponían a la conversación que teníamos por la línea.

-Quizás debamos esperar a mañana, estoy en una cena con....
No terminé de hablar cuando la puerta sonó. Mi corazón estaba acelerado y sabía por que.
Sin pensárselo apenas abrí la puerta y Lauren me atrapó ansiosa. Besó mis labios y yo intente safarme para contarle que sus suegros la miraban desde la cocina. Intento levantar el vestido casual que llevaba y la empuje.

-Bebé ahora no. Dije entre dientes. Sus cejas se elevaron y me hizo caso de girar a donde indique.

-Mierda. Soltó. Y no precisamente bajo. Mis padres la miraban severamente y ella enrojeció a un punto que parecía imposible.
-Yo...lo siento, hola.
Extendió su mano desde esa distancia para saludar a mi padre. Mientras caminó a la mesa, tropezó con un defecto del piso y regalo una imagen demasiado cómica. Si Dinah estuviera aquí se echaría a reír como nunca. Lauren iba aún demasiado formal y se reincorporó graciosamente.

Parecía que mi padre quería destrozar su mano con el saludo.

-Alejandro. Dijo bajo y con inquietud se acercó a mi madre.
Llegué a su lado rápidamente para evitar alguna confrontación pero en cambio mi madre salió de la silla para envolver a Lauren en un abrazo.

-Oh cariño, lo siento mucho, de verdad.
Lauren me miró inquieta sin saber cómo responder al abrazo. Mi madre tomó sus mejillas en un momento.
-Debes saber que no quiero oponerme en su relación de hoy en adelante, quiero que estes con mi hija y que sientas la confianza conmigo como antes.
Mi padre carraspeó.
Lauren correspondió el abrazo.

-Lo entiendo Sinu, de verdad agradezco lo que dices y ten la confianza de que Camila estará bien, se que es difícil entenderlo pero lo haré más llevadero, te lo aseguro, planeo no ser tan fastidiosa como en la adolescencia.
Sonrió. Ambas lo hicieron por un rato.
Y yo también lo hice. Sentía mis ojos húmedos. Al fin tendría paz para poder estar con Lauren.

-Evita solamente una escena como la de antes, al menos cuando estemos presentes.
Mi papá dijo en un tono severo, después de la emotiva disculpa. Y dios. Si que hablaba en serio por que su mirada enfadada no se apartaba de mi novia.
Lauren asintió enrojecida aún más y dio un paso alejada de mi.

Diablos no. Dinah había llegado al departamento también. No sería un momento divertido para Lauren.

-Hola a todos.
Saludó entusiasmada y percatándose del momento tenso que mi padre creó.

Sólo tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora