Lauren
MiamiSus manos habían comenzado el juego con mi cabello. Y no se separaba de mis labios.
La luz tenue que entraba por la pequeña ventana iluminaba levemente el lugar. Podríamos quedarnos aquí.
Sin dudar. Me separé de ella y con prisa comencé a meter el resto de la comida en la canasta de picnic.-¿Que haces? Camila rió pero aún así con un poco de desesperación me ayudó a extender la cobija a un lado de nosotras. Aparté lo demás de la manta y lo siguiente que ví, fue a ella recostada en el piso incómodo de madera, con solo la manta sobre su cuerpo. Extendió su mano mano hacía a mi y yo me incliné a su cuerpo para reiniciar el beso lento.
Dios. No tenía otra cosa por decir, no hacía falta hablar sobre nada.
Dejé reposar mi cuerpo en el suyo totalmente y fue imposible no suspirar. Era tibia y con un dulce olor. Apreté su cintura y sus manos tomaron mis hombros con necesidad. Podría iniciar un movimiento de caderas ahora mismo pero no quería que fuera así. Debía aprovechar al máximo.
Metí una de mis manos bajó su blusa y rocé delicadamente el botón que se sentía rígido. Ella gimió en el beso.-Lauren.
Pronunció obligándome a abrir los ojos y mirarla por unos segundos. Con sus ojos cerrados y buscando mis labios de nuevo.
Mi corazón latió muy fuerte.
Los uní otra vez.
Recuerdo haber comenzado con el otro pecho y también a ella sentándose apresurada para quitarse la blusa frente a mis ojos.
Sus manos dudaron un poco conmigo, pero también me ayudó a desvestirme.-Eres tan hermosa Lauren.
Dijo después de verme solo con el sostén. Delineó con delicadeza mi abdomen y se detuvo entre mis pechos. A mi también me gustaba la rosa tatuada ahí.
-Y me gusta.
Sonreí.-Es mi turno.
Hincadas quitamos el resto de la ropa. Logré recostarla cuando solo quedaron sus bragas puestas. Yo me había distraído frente a sus pechos. Pequeños pero realmente lindos.
Besé por su cuello hasta bajar a ellos. Sus gemidos estaban siendo cada vez más frecuentes y buscaba un sitio en mi espalda para sostenerme.
Con el roce de nuestras piernas desnudas en calor estaba comenzando a subir. Podía mirar un poco de sudor por su abdomen.
Olfatee en su cuello y ella rió.-¿Que haces Lauren? Me separó para poder verme a los ojos.
-Me gusta tu olor Camz.
Soltó una risita nerviosa y capturó mis labios.
Con mis manos recorrí cada parte de su piel. En sus pies, en las piernas y los muslos delgados que me enamoraron.
También apreté su culo hasta cansarme y succione sus labios hasta que se quejó.
Me encantaba. Camila era la persona más cálida y suave que había tocado. No era tan diferente a como lo había soñado cuando era más joven.
Y ahí la tenía, estaba a punto de hacer el amor con ella y me gustaba mirarla. Con los ojos cerrados y disfrutando de cada caricia que le daba. Sosteniendo mi cabello, gimiendo sobre mis labios y rogando para que yo tocará la parte más sensible de su cuerpo.
Justo al intentar hacerlo ella me dió la vuelta y se sentó en mi abdomen. Con los brazos sujetando mis manos por encima de mi cabeza.
Suspiré pesado y traté de esconder mis sentimientos.
Iba a suceder.
Bajó su frente sobre la mía y permaneció ahí, en silencio.-Nunca he hecho esto con una mujer Lauren.
Me hizo sonreír. Abrí mis ojos y bajó sus quejas logré zafar mis manos de su agarre para luego sentarme y mirarnos de frente.
Besé sus hombros y lamí en medio de sus pechos.-Lo haré yo, solo confía en mi.
Asintió con dulzura y me ayudó a quitar la última prenda de su cuerpo. Nuestras respiraciones se habían alineado ahora.
No podía describir su belleza bajó esa luz débil que entraba. Era solo de la luna y aunque el lugar era terriblemente viejo y pequeño, aún sentía que estábamos en el correcto.
Me molesto demasiado siquiera pensar en las personas que pudieron llegar a tocarla así.
En especial ese tipo.
La obligue a mirarme una vez desnuda.
-Estoy enamorada de ti. Dije en silencio y besé su mejilla.
Expulse el aire encerrado en mi pecho. Mierda. Hasta ahora era lo más sincero que le había dicho.
Lo estaba. Lo sabía. Para ese instante olvidaba por que estábamos ahí, solo quería que ese tiempo fuera eterno y los engaños y malos sentimientos desaparecieran. Estaba siendo una tonta. Sus manos acariciaban mi cara tomándose su tiempo. Suspirando y besando mis labios de vez en cuando.
Yo deslice mi mano entre sus piernas. Dios. Estaba tan húmeda para ese momento. Su tersa piel hacía que mis manos se deslizaran con facilidad. Y amaba sus gemidos ahogados y las pequeñas quejas que hizo cuándo jugué con su botón sensible.-Lauren. Gimió.
-No hables, no digas nada. Susurré y mordí su piel en el cuello. Mi sentido del tacto parecía haberse especializado para calmarla y calmarme a mi.
Podría recostarla pero esa posición me gusto demasiado, sentada sobre mi y yo con la cara a la altura de sus labios, de sus hombros y en sus pechos. Abrazando su pequeña cintura, sintiendo que sus piernas apretaban mi regazo y sus manos enganchadas en mi cuello.
Moví mis dedos lubricados por ella misma sobre su entrada. Solo abrí los ojos para ver su cabeza echada hacia atrás y sus labios entreabiertos.
Besé su cuello y me concentre en una parte de su clavícula que me pareció hermosa. Cerré mis labios ahí cuando sentí que mis dedos se deslizaban dentro.
Mierda. Mierda.
Su calor se sentía como el paraíso y apretó con fuerza.-Dios Lauren. Su cabeza se recargo en mi hombro y se apretó junto a mi lo mas que pudo. Acompasando mis respiraciones.
Yo metí y saque mis dedos primero lento y luego acelerado. Buscando cada rincón de ese lugar, disfrutando su delicadeza y suavidad.
Quería penetrar con fuerza y verla removerse por la intensidad, pero la mayor parte de mi me obligada a hacerlo lentamente y con cariño. Sintiendo como con cada movimiento ella se entregaba a mi.
Sus manos buscaron mis mejillas y comenzó a besarme de nuevo, de forma torpe por que el orgasmo se formaba gracias a mis dedos dentro de su cuerpo.😳😥😔
DEBERÍA SER UN MOMENTO DE FELICIDAD PARA TODOS
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Sólo tú y yo
FanfictionCuando salí de mi casa y esa ciudad tenía dos ideas muy claras, uno; olvidaría para siempre a Camila Cabello y dos; volvería sólo para demostrarles lo que era triunfar en la vida.