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Camila
Nueva York

10 meses después

Entré al dormitorio tratando de ser lo más silenciosa posible.
El pequeño castaño por fin había caído rendido en sus sueños, dos meses le eran suficientes como para demostrar que tanto tiempo necesitaba de sus madres para ser un pequeño bebé feliz. Hambriento la mayoría del día, dormilón y demasiado sonriente cuando Lauren pronunciaba lo más mínimo cerca de el.
Cerré la puerta con cuidado y escuché la risa de Lauren desde la cama ¿Reía de mi?
Giré solo para encontrar una bella imagen.

-Se despertó un poquito después de que saliste del dormitorio, dejaste esto aquí entonces preferí alimentarlo antes de que llorara.
Sonreí sin poder evitarlo. Me senté justo a su lado para acariciar su cabecita y mirar la atención que con sus pequeños ojitos le demostraba a su mamá. Lauren estaba completamente enamorada de el, desde su nacimiento y durante el embarazo fueron muy apegados. Mi corazón saltaba al mirarlos juntos, eran mi vida entera.

-Como te observa, prácticamente es como otro yo.
Dije haciéndola reír.
-Le pasa lo mismo seguramente, debe amar tus ojos verdes y tu sonrisa, ese pequeño brillo en ti, mi dios, estoy poniéndome celosa. Terminé provocando risas de nuevo.
-Eres increíble bebé, eres la mejor mamá y la mejor esposa, te amo.
Pronuncie sin poder contenerme.

-¿Quieres tomarlo? Yo negué de inmediato, quería apreciarlos por un buen rato.

- Solo voy a mirarlos.
Extendió su cabeza para besarme y seguir dando de comer al pequeño Nil Jauregui Cabello.

-Te amo por cierto.
Lauren carraspeó, bajo mi mirada pronunció esas dos palabras que hacían latir mi corazón a prisa, como si fuera posible.
-Me intimidas un poco mi amor, casi todo el tiempo, pasas mucho rato mirándonos.

-No pasa nada, solo evalúo tu papel de mamá y termina siendo muy bueno.
Bese sus labios una vez más.
-Como que siento cosquillitas en mi abdomen.

Flashback

-¿Que sientes?
Preguntó en pánico, eran las tres de la madrugada y Lauren estaba en un inicio abrazada a mi vientre abultado sobre nuestra cama. Pero de repente me había levantado con ganas de ir al baño.
Me tomó unos pocos minutos salir de sus brazos y la cosa no terminó ahí, mucho líquido, demasiado y mi corazón latió con fuerza.
Le grité a Lauren pero me arrepentí, ella estaba un poco peor que yo. Ya lo sabíamos, mi embarazo estaba completo y solo era necesario esperar para poder mirar por primera vez a mi bebé.

-Un poco de dolor pero con la cantidad de líquido, supongo que debemos ir al hospital.
Ella dió vueltas en la recámara tratando de recuperar todo lo necesario, salió tan preocupada que me olvidó en el baño. Salí con una ligera sonrisa en mi rostro por su distracción, pobre, en noche previas habían sido sustos nada más pero algo en mi me decía que se había llegado el momento de conocer a nuestro bebé. Lauren tropezó con una corta parte de la sabana que sobresalía de la cama y aproveche para hacerla ponerme atención. Jale su mano.

-Bebé, trata de guardar la calma ¿Si? Yo estoy bien y el bebé, solo necesitamos salir a tiempo, ve y sube los bolsos al auto, luego llama a tu madre o a la mía para que sepan que ya vamos al hospital y enseguida vuelves por mi ¿Si?
Teníamos pocos meses de mudarnos en una casa más grande que el departamento, con un jardín enorme y un poco alejada del centro de la ciudad donde estaba el hospital.
Nos llevaría un poco más de tiempo llegar.
Así que no dudo en asentir y tomar los bolsos un poco mareada, ufff, un dolor agudo se clavo en mi vientre bajo, por dios. Si, esto era el comienzo de mi proceso de parto, lo habíamos hablado con mi ginecóloga y Lauren lo sabía, solo la quería concentrada y menos nerviosa.
Volvió un minuto después medio despeinada.

-Mierda, olvide las llaves del auto, no te muevas mi amor, espérame aquí.
¿A donde iba a ir?
Sonreí tiernamente y espere.
Después hizo su segunda aparición.

-No he llamado a nadie pero primero te pongo en el auto ¿Ok? En el camino podemos avisar.
Suspire profundo al sentir otro corto cólico aparecer. Apreté los dientes y su mano.
-Dios ¿Puedes esperar a que estemos en el hospital?

-Si bebé, solo apresura todo.
Con cuidado sentí que pasaba sus manos bajo mis muslos y me hizo enganchar mis brazos a sus hombros. Me llevo cargada hasta el auto. Entre risas y unas lagrimas en sus ojos me acomodó el cinturón de seguridad. Las dos estábamos nerviosas y a la vez felices de saber que nuestro pequeño iba a estar con nosotras de ahora en adelante.
Llegamos en tiempo récord y de inmediato la ginecóloga hizo su revisión, tuvimos que esperar dos horas para que luego tuviéramos esos pequeños ojos cafés que nos robaban suspiros.
Nuestros padres habían llegado por la mañana.
Todos tuvimos ese momento de felicidad plena, el pequeño estaba con nosotras.
Bese su cabecita y sus manos un sin fin de veces, Lauren estaba ahí, besándome discretamente y llorando cada que podía, realmente feliz.

Fin flashback

-¿En que tanto piensas?
Me preguntó.

-En tu cara el día del parto, fuiste una cosa dulce de ver.

-Tu eres dulce. Sentenció y echo a Nil a su hombro para palmearle la espalda, se acabó Su comida.
-Y por favor deja de repetirlo, siento que mis mejillas enrojecen.

-Me gusta ver eso.
Dije risueña.
El pequeño había dormido de nuevo y después de besarlo ambas en la frente, Lauren lo dejó en su cuna.

-¿Quieres saber que tanto me gusta a mi también?
Hizo una cara divertida y vino a por mi. Después del descanso sin hacer el amor por el parto, realmente podría insistir en querer tenerlo con ella a cada rato y le gustaba.

-Tienes aproximadamente dos horas para demostrármelo.
Pronuncie en la comisura de sus labios. Quería que me tocara.

Sólo tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora