53

7.8K 416 16
                                    

Lauren
Miami

Observe la sonrisa extendida de mi madre del otro lado del aeropuerto. Mierda.
Espero con paciencia a que tomáramos nuestras maletas, finalmente caminamos hacía ella.
Atrapó en un abrazo muy efusivo a Camila, creí haberla visto susurrarle algo a mi novia. Sonrío dulcemente.
Espere mi turno también.

-Hola cariño, por fin estás haciendo algo bien con Camila, tu padre nos espera en el auto, venga.
Caminamos a un buen paso, mitad del recorrido, Camila buscó mi mano para entrelazarla. Mi madre pudo sonreír más, como si fuera posible.
El calor de Miami golpeo en mi cara y quise quitarme la chaqueta ligera que llevaba.
Seguimos por el estacionamiento hasta observar a mi padre recargado en el auto.

-¿Que tienes?
La voz de Camz por lo bajo me hizo mirarla y bajar la velocidad de nuestros pasos.

-Eres la primera chica que traigo a casa, solo eso.
Su risita me envolvió y quise besarla.

-Tienes suerte por que soy encantadora e increíblemente guapa.

-Tienes razón en eso amor, eres la mujer indicada.
Quería besarla pero la presencia de mis padres me cohibía por completo.

-Pero mira a quiénes tenemos aquí. Sabía que mi padre comenzaría a molestar.
-La pequeña Camilita y su novia, mi hija.
Camila sonrió amablemente y respondió al abrazo efusivo de mi padre.
-Sabía que algo así pasaría, me da gusto verlas juntas.

-Gracias Mike, yo...
Camz metió un cabello detrás de su oído, poco nerviosa.
-También estoy feliz de estar aquí.
Ayude a subir el equipaje en el maletero del auto y emprendimos el viaje a casa.
La dos días íbamos a hospedarnos en la casa de mis padres, Camila temía la reacción que tendría su madre al vernos realmente juntas.
Sabía que estaba preocupada y si ella lo estaba, yo estaba mil veces peor.
Para ella era por completo salir del closet después de estar comprometida con su ex novio. Chicos, siempre chicos y luego yo. Un caso simplemente especial.
Aunque después de una charla larga, mi novia y yo teníamos un trato, sobre huir a nuestra ciudad si algo resultaba realmente mal.
Suplicaba a todos los dioses que sus padres lo tomarán como los míos.

-Bien, esta es tu habitación cariño.
Dijo mi madre a Camila y yo quise evitar los siguientes minutos incómodos.

-Camila se quedará conmigo. Solté de golpe, provocando la risa divertida de mi padre a nuestras espaldas y el ceño fruncido de mi madre. Mi novia me miró sin poder creer sobre mi reclamo.
En serio esperaban que ella y yo durmiéramos separadas.
Casi cuatro meses y esperaban que yo permitiera eso.
La mano tibia de Camz tocó mi brazo para calmarme.

-Tranquila Lauren, estaré bien aquí cariño, de verdad.
Me guiñó pero aún así estaba enfadada. Asentí sin saber que más hace y caminé a mi dormitorio para hacer una rabieta.
Mis padres se divertían a expensas mías.

Camila

Estaba muerta de miedo. Aunque los padres de Lauren tomaban todo increíblemente bien, el asunto de mis padres me tenía inquieta e insegura.
Mi padre me apoyaba en mis decisiones y el mismo me había convencido de viajar a Nueva York, pero mi madre era otro caso. La última vez que tocamos el tema de Lauren, ella estaba un poco incómoda, en desacuerdo de que de un día para otro eligiera estar con una mujer.

Pero dios, debía observar a Lauren, no sólo era una mujer, más bien era la mujer mas increíble que conocía. Ahora mi novia y la mejor.
Descanse sobre la cama y espere a que Lauren atravesara la puerta con un enfado increíble por tener que dormir separadas.
Sus padres habían bajado para preparar una comida de bienvenida. Habían sido tan amables conmigo.
Tres...dos...u

-Dios, en serio que estoy enfadada, sólo a ellos se les ocurre pensar que tu y yo dormimos separadas todavía, no somos unas niñas, vivimos en Nueva York solas, es bastante obvio que tenemos intimidad y que...
Yo tuve que reír al verla tan enfadada, dando vueltas en el dormitorio de invitados en la que estaba instalada.

-Bebé cálmate, tus padres evidentemente solo quieren molestarte.

-Pues lo lograron pero ahora mismo soy capaz de traer mis cosas aquí y luego tener sexo y que escuchen pa....

-Basta Lauren, deja de ser una niña caprichosa. Me plante frente a ella. Detuvo sus pasos y luego envolvió sus brazos en mi.
Besé sus labios levemente y sostuve sus mejillas.

-¿Quien dijo que dormiremos separadas? Solamente debes cruzar el pasillo en silencio cuando ellos se duerman, simple bebé.
Asintió distraída y me besó contenta.
-Me preocupan mis padres.
Admití y ella me reconfortó. Había escuchado su discurso nervioso que ensayaba frente al espejo antes de dormir conmigo. Lauren estaba más nerviosa que yo.

-No se que decirte, pero sabemos que mis padres nos apoyan por completo, definitivamente si esto no resulta bien, mis padres hablarán con los tuyos para hacerlos entrar en razón.
Busque sus labios pero un toque en la puerta nos hizo apartarnos.

-¿Camila? ¿Puedo entrar?
Era Clara. Lauren buscó un lugar para ocultarse pero yo negué y la obligué a sentarse en la cama, no hacíamos nada malo.

-Si, pasa.
Clara atravesó la puerta y negó al ver a su hija sentada de forma incómoda.
-Lauren.

-Mamá. Se cruzó de brazos y luego sonrió.

-Esta bien, que bueno que están las dos aquí, Mike habló con Alejandro hace unos minutos, vendrán a cenar con nosotros esta noche.
Miré palidecer incluso más la piel de Lauren, cómo si fuera posible.
-¿Les parece bien? ¿Lauren?
Levantó sus ojos confusa.
Su madre rió y yo la seguí. Indicando que yo me encargaría de su hija ahora mismo. Clara salió para dejarnos solas.
Podría sentirme un poco mareada también pero tal vez podía actuar con más seguridad y evitar que ellos intentarán incomodar a Lauren, era muy vulnerable para eso.

-Estaremos bien bebé, te lo prometo.
Dije antes de sentarme a su lado y apretar su mano.
Tampoco sabía que esa era una gran mentira, por que desde luego las cosas no habían ido bien.

Sólo tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora