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Camila
Miami

Sonreí a Sandy, la joven mujer que nos ayudaba bastante para recibir a los pacientes.
-Camila hola.

-Hola cariño ¿Cómo van los días?

-Bastante tranquilo ¿Que haces aquí? Se suponía que estabas de descaso.
Correspondí el saludo de beso en mi mejilla y apreté con dulzura su mano. Ni yo entendía bien lo que hacía en la clínica ese día. Solo quería escapar de los terribles sentimientos que guardaba en mi pecho.
Era totalmente un fracaso andante.
Fredd había arruinado el día anterior, sus llamadas eran insistentes y había enviado a su madre a casa para que hablara con ella.

-Solo vengo por algo y asegurarme de que el consultorio siga en buenas condiciones.
Ella me guiñó y yo usé mis llaves para entrar, aún fingiendo una sonrisa.
Entre y cerré de un solo movimiento, temiendo derrumbarme frente a mis compañeros y Sandy.
Me dejé caer detrás de mi escritorio y las lágrimas fueron inevitables.

Flashback

-Entiéndelo amor, debemos tomar este riesgo, yo necesito salir y conseguir una oportunidad mejor que esto, no deseo solo quedarme detrás de mi padre toda la vida.
La noticia por completo me había sorprendido, no quería a Fredd a una distancia tan amplia de mi. Quería que él siguiera a mi lado, llevando la tranquila relación que luchábamos por mantener.
Simplemente no lo entendía.
-Es cuestión de algunos meses amor, estaré de regreso en poco tiempo y tú podrás pasar las vacaciones allá, imagina, podríamos conocer ese país juntos.
Sus fuertes brazos rodearon mi espalda y yo hice lo que tanto deseaba, recargué mi cabeza sobre su pecho tratando de asfixiar el miedo creciente en mi mente.
Temía que la distancia terminara nuestra relación, el era el hombre con quién planeaba casarme y formar una familia.

Fin flashback

Yo tenía tanta razón en temer. Dios. Hasta ahora la realidad estaba cayendo sobre mi espalda, sus padres no dejaban de presionar para hablar y Fredd de comunicarse. Yo no iba a ceder, no quería volver a estar con el.

-¿Camila? ¿Estás ahí? Sandy me ha dicho que te ha visto entrar.
La voz de Dinah interrumpió mi llanto. Dios. Había olvidado por completo a mi colega y amiga, mantenía una muy cercana amistad. No estaba preparada para que me viera en ese estado.
-¿Quieres hablar? Tengo una taza de té.
Con pasos indecisos, alcance la puerta y ella entró dejando las tazas de lado y mirándome preocupada.
-Sabía que algo pasaba, tu deberías estar con Fredd en España ¿Que pasó?
Me encogí de hombros y ella me abrazó para que yo terminara mojando su uniforme azul marino con mis lagrimas, me acunó un rato y me arrastro al único sofá que tenía ahí, el resto solo se trataba de mi sofisticado equipo de trabajo.

-Fredd estaba con una mujer en la cama cuando yo llegué.
Sus tranquilos ojos cambiaron y apretó su agarré en mi mano. Con sus dedos limpió mis mejillas.

-Ese imbecil ¿Que a caso no sabe que yo existo? puedo romper su maldita cara de un golpe, si aparece por aquí. Sus duras amenazas solo me hicieron sentir mas presionada. Ella se arrepintió de hablar de aquella forma y me volvió a acunar.

-Yo no debería estar llorando por el, no me sentía mal, es solo que hoy estoy demasiado sensible, las fiestas de fin de año se acercan y en mi casa solo hablan de ello, yo no estoy para nada feliz, esto será terrible.
Sobo mis hombros y finalmente mi llanto se detuvo. ¿Estaba por demás contarle sobre Lauren?
No podía negar que su terrible actitud conmigo también resultaba como lanzar un dolor leve en mi pecho.
Permaneció a mi lado solo consolando y mirando hacía la nada como yo. Ella era grandiosa y demasiado preocupada por los demás, asumía que planeaba lo que iba a decirle a Fredd cuando lo tuviera de frente, temía que lo golpeara como prometió.

-¿Que más pasa? Siento que debes desahogarte por completo ahorita.
No podía ser más transparente en realidad. Fácilmente ella podía leer la duda en mi.

-¿Te conté sobre Lauren Jauregui?
Asintió. -Bueno ella regreso a Miami después de 8 años y yo intenté retomar nuestra amistad, ella terminó siendo tan grosera conmigo y rompió la esperanza que tenía de recuperar algo de lo nuestro, es complicado.

-Debo conocerla, tal vez.
Fue mi turno para asentir. Recargué mi cabeza en su hombro. Mis pensamientos vagaron a los hermosos ojos verdes que había extrañado tanto. Me había dado cuenta muy tarde de cuán importante era su amistad para mi.
Las dos soñábamos con marcharnos a Nueva York para la universidad, vivir juntas y comenzar nuestros planes ahí mismo.
La falta de respuesta de la uni a mi nombre me había sacado del camino fácilmente y no podía hacer mucho, ella era tan dedicada e inteligente que jamás podría haberle pedido que se quedará. A pesar de la carta que me había escrito.
¿Que más podría haberle contestado?
Lauren había soltado de golpe que ella estaba enamorada de mi, que le gustaban las chicas también y que esperaba a que yo correspondiera ¿Porqué lo había pensado siquiera?
Sabíamos ambas que nuestra amistad era mucho más importante que cualquier enamoramiento.

-¿Que tanto piensas?
Dinah interrumpió mis divagaciones, antes de que concluyera algo sobre mi.
Suspiré profundo. Ahora si ella volviera a escribir una carta similar, aceptaba que sería difícil resistirme, Lauren tenía la capacidad de cautivar a cualquier ser viviente, incluida yo.
Mi heterosexualidad jamas había sido asumida de mi parte. La pequeña atracción que había sentido por una compañera de clase hace muchos años me habían asustado terriblemente, pero para mi fortuna Fredd había aparecido. Me había guiado de nuevo a un territorio conocido y en el que era difícil perderse.

-Sobre las mujeres.

-¿Que?

-No puede haber una mínima posibilidad, que a estas alturas ¿Sienta atracción por una mujer?
Abrió sus ojos de golpe y se alejó despacio para luego escanearme por completo.

-¿Hablas en serio? Pero estabas llorando por Fredd...oye creo que estas confundida, tienes derecho tu y el tenían una relación larga y bueno...
Pensó bastante antes de continuar.
- No habría problema por mi si los sientes.

-Estoy volviéndome loca Dinah, a pesar de que termine con Fredd, no puedo ocultarte que volver a ver a Lauren me hizo sentir algo diferente, no sé, ella luce tan guapa ahora, tal vez solo estoy alucinada por lo diferente que se ve.

-Debo conocerla y luego habláremos sobre esto.
Dejé caer mis hombros un poco exhausta. No quería ver a ninguno de los dos ahora.

Sólo tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora