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Camila
Miami

Algunos besos en mi cuello me hicieron quejarme un poco. Era ella, Lauren en serio me despertaba de esa forma y mi día comenzaba increíble.
Sus labios esta vez retiraron el material blanco de la sábana y continuó los besos cortos por mi torso, primero un pecho y luego el otro.
Lo de comprometernos había multiplicado como por mil la necesidad de sexo. Demasiado y lo hablábamos demasiado, tanto como lo hacíamos.

-Buenos días, amor.
Susurró cuando llegó a mi ombligo y beso mi vientre.

-Buenos días. Alcance a decir. Sus manos habían hecho un recorrido hacía mis pezones erectos y su boca hacía el lado contrario, dónde dejo dos besos en la parte interna de mi muslo.
Gemí. Necesitaba sus labios en los míos.

-¿Quieres desayunar?
Se levantó de la nada y yo gruñí.
Le gustaba molestarme también, primero me calentaba y luego hacía eso a modo de juego.
-¿Camz?
Dijo risueña.

-Mierda Lauren, vuelve a la cama por favor.
Soltó una carcajada y encajó en mi otra vez. Esta vez apreté sus hombros para que no escapara y roce nuestros labios para un beso profundo. Apretó mi cintura con determinación buscando una conexión mas abajo, donde comenzó un movimiento suave entre nuestros centros.

-Me encanta despertarte así, pones esa sonrisa casi todo el día.
Dijo.

-Ajam. Logre contestar e intenté mejorar nuestras postura para determinar un ritmo más contundente. La cama comenzó a moverse un poco más y yo tuve que gemir en sus labios.

-Eres mía Camz. Dijo sobre la piel de mi cuello.

-Lo soy. Susurré al no poder concentrarme en otra cosa que no fuera la de nuestros cuerpos unidos.
Su piel era tan cálida y ahora resbaladiza por la pequeña capa de sudor que se había formado entre las dos.
Exhaló con dificultad cuando aceleró el ritmo y yo le di entrada para hacerlo. Apreté su culo y eche la cabeza para atrás, no iba a durar mucho.
Ella aprovechó la piel libre de mi cuello para morder.

-Suave y húmeda para mi. Susurró nuevamente para llevarme tan cerca del orgasmo, pero para mi sorpresa fue ella quien terminó primero y no se dejó de mover hasta verme llegar también. Mi respiración estaba acelerada y podía ver estrellas al mantener cerrados los ojos. Su cuerpo desnudo atravesaba mi alma y me lanzaba a un lugar de donde no quería salir. Nuestras manos estaban unidas a la altura de mi cabeza y apretaba con fuerza, para sostenerme.
Gimió cuando se separo un poco y besó mis labios.

-Dios, puedo imaginar la cantidad de mañanas que tendremos así.

-Yo también. Susurré bajo aún cansada.

-¿Crees que el tratamiento funcione a la primera?
Lauren bajo de mi y me arrastró hacia sus brazos para comenzar a hablar.
Yo tenía las mismas dudas pero esperaba con ansía a que si funcionara. Ayer, antes de venir a la casa, acordamos que la boda sería dentro de seis meses, los preparativos y demás podrían tomar su tiempo y estábamos seguras que entre nuestros padres y amigos todo estaría listo para entonces. Si todo funcionaba, para la boda, yo ya estaría embarazada y podría darle esa sorpresa a la familia.

-Espero que si Lolo, no sabes que tan ansiosa estoy por ver unos ojos verdes como los tuyos en un bebé.
Sonreí sobre sus labios.

-¿Porqué supones que los tendrá así?

-No se, cada que cierro los ojos puedo idealizarlo y lo primero que veo es un color verde, un cabello castaño y un monito de color blanco sobre un cuerpecito de piel blanca, suave.
Lauren sonrió sobre mi mejilla.

-Vaya, ahora que lo mencionas puedo imaginarlo también, dios.
Abrimos los ojos y nos miramos por un buen rato.
Coincidíamos en varias cosas y comenzaba a creer en la telepatía, podía leer la imagen feliz en su mente, leer sus expresiones, la emoción que sentía por casarnos y tener una familia.

-Tenemos que conseguir una casa Camz, lo del departamento no ayudará mucho en el embarazo, no quiero que tengas algún problema.
Me dijo seria.

-¿De verdad?

-Me pondré en ello para buscarla, pero déjame darte esa sorpresa y confía en que tendrás una linda y acogedora casa ¿Cinco o más dormitorios?
Me tensé con medio cuerpo sobre ella.

Lauren

-Vaya, planeas tener una familia más grande.

-Solo si tu lo quieres, además también pensaba en las visitas de nuestros padres ¿Dinah y Normani querrán ir de visita?
Camila comenzaba a entenderlo de esa forma también, aunque no podía descartar la idea de tener otro par de ojitos cafés en la casa. Sería algo lindo, un niño y una niña, o dos niños y dos niñas. Yo...wow. Sonreí como idiota y apreté su cuerpo con mucho amor. Camz no había tardado nada en quedarse dormida otra vez.
Era temprano, así que después de despertarla para hacerle el amor, lo justo era que le preparara un buen desayuno para recuperar energía y salir a la playa un rato a caminar, quizás nuestros padres vendrían más tarde para la comida.
Salí de la cama con cuidado y me coloqué la pijama. Mire embobada el cuerpo desnudo de mi prometida y por fin salí.

Prepare lo suficiente del desayuno y volví al dormitorio. Camila no estaba en la cama y supuse que estaba en la ducha, la sorprendí al entrar con ella y darnos un baño juntas.
De vuelta con ropa ligera y el cabello peinado, las dos tomamos el desayuno en la cama y entre risas.

-Mi madre mandó un mensaje que leí hace rato, tenemos al menos tres horas más para nosotras solas. Sonrió coqueta.

-Bien, démonos prisa y salgamos a la playa ¿Quieres?
Hizo un puchero tierno.

-Yo esperaba pasar de hecho más tiempo en este dormitorio.
Dijo sonriendo.

-Dios, esta bien, me convenciste, fácilmente podemos dividir el tiempo. La bandeja del desayuno terminó en la mesa de noche y yo de nuevo sobre el cuerpo de mi prometida.

CAPÍTULOS Y MÁS CAPÍTULOS 🥰 PARA RECUPERAR EL TIEMPO QUE ME AUSENTÉ. BESOS

Sólo tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora