Lauren
Nueva York-Eres chica muerta. Dije entre dientes apenas vi a Normani en la cocina, había sido muy inteligente al caminar y protegerse del otro lado de la barra.
No paraba de reír.-Cálmate Lauren, te juro que no fue intencional interrumpir su sesión privada, iba a contarte sobre una llamada de tus padres.
Me rendí después de seguirla algunos minutos, de todas formas no lograría nada al asesinarla, Camila no iba a estar lo suficiente cómoda como para hacer el amor conmigo después de la interrupción. Tampoco servía de nada culparme por no bloquear la puerta de mi habitación.
Mi amiga siguió riendo pero esta vez camino a la sala para continuar con una serie de ejercicios que hacía para fortalecer sus piernas y mantener su piel firme. Era graciosa haciéndolo.Miré por mucho tiempo hacía la encimera donde se suponía prepararía la cena. Pero no podía. Sentía aún el calor de la piel de Camila. Dios. Me sentía tan excitada que me estaba arrepintiendo de invitarla a quedarse, de tomar una ducha en mi baño. Mi mente formaba la imagen perfecta de ella desnuda y demasiado húmeda.
Busque en la nevera lo necesario y cocine con poca concentración. De tan solo pensar en volver al dormitorio mis manos temblaban.
¿Era esto normal? Ni siquiera en mi adolescencia lo había vivido. Pero era ella. Camila Cabello siendo ella misma en mi dormitorio. Con su cabello castaño, su sonrisa y esos ojos color chocolate que me enloquecían. También los recuerdos de cuando lo hicimos en la casa del árbol.
Respiré profundo y pensé seriamente en tocarme para aliviar lo que sentía.-¿Estás bien?
Normani apareció en mi vista para buscar un vaso con agua.
-¿Parece que tienes fiebre?
Iba a tocar mi frente en broma pero yo la evité. Le miré mal y sin dudar salió de ahí con las manos en el aire, pidiendo amor y paz. Era una tonta. Una mala amiga por interrumpir.
Antes de entrar al dormitorio con la comida en las manos, respiré profundo más de una vez.
Mierda.
No estaba preparada para ver a Camz buscando algo en la televisión, luego sonreír, luego gatear hasta mi lugar para besarme.
Juraba que podría sujetarla por la cintura, atraparla contra la cama y no dejarla dormir en toda la noche. Pero no podía hacerlo. No era correcto ahora, iba a respetar su espacio y cuando fuera al fin mi novia entonces tendría tiempo de ella sobre esta cama. Listo. Pensé haberlo superado.
Pero cuándo puse algo en la televisión dejé de poner atención y solo mirarla.
Comer. Lamer sus labios de vez en cuando o morderlos, beber café y juguetear con las puntas de su cabello.
Los pantalones cortos que le presté tampoco ayudaban, el simple hecho de saber que llevaba mi ropa encima me incitaban a arrancársela del cuerpo yo misma y mirarla desnuda. Besarla por el cuello y....-¿Tienes calor?
Preguntó sacándome de mis sueños.
La miré a los ojos. Dios. Suplicaba por que mis mejillas no estuvieran encendidas o mis pantalones de la pijama húmedos y ella lo notará.-Un poco si. Dije disimulando. Ella sonrió dulcemente.
Le indiqué que saldría al pasillo para cambiar lo del aire acondicionado.
De regreso, se había metido bajo la sabana y miraba atenta a la pantalla ¿De verdad sabía que veíamos? Por que yo nunca tomé el hilo de la película, ella estaba para distraerme.
-¿Tienes sueño?
Negó de inmediato.
Apagué la última lámpara encendida en el dormitorio y me recosté a su lado solo esperando a que se terminara lo que sea que mirará.
Listo ella iba a dormir y yo seguiría con mi cuerpo al límite, tenso, con una necesidad inmensa.
Suspiró profundo y cuando los créditos aparecieron en la pantalla, ella giró su cuerpo en la cama para mirarme.
Yo espere a que dijera algo.-Estuvo bien.
-Ammm...si seguro. Dije preocupada por que intentara tocar el tema de la película.
Roce su mano con la mía, que descansaba entre las dos.
-Creo que será mejor dormir.
Suspiró otra vez y luego se reacomodo.-¿Prefieres que me vaya a mi departamento? Por que puedo salir, aún no es tan tarde y debo...
Sujete su barbilla para que me pusiera atención.-Quiero que duermas aquí. Susurré en voz baja y sobe su mejilla por un rato, sin evitar acercarme y besarla suavemente.
-Si tu lo quieres.
Cerró sus ojos. Dejé de tocarla y solo la miré sin saber que hacer.
Yo iba a estallar. Tenía que ir al baño de forma urgente. Sólo así podría aliviarme y volver a la cama.
Retiré las sábanas de mi cuerpo y cuando me dispuse a ponerme de pie.
Camila había sujetado mi brazo. Su cuerpo se aplicó en mi regazo y sus labios invadieron los míos. Ansiosa y en un beso acalorado.
Mis manos tomaron vida propia sujetándola contra mi todo lo que se podía. Antes de convertirnos en una misma.
Gimió cuando alcance su culo.-Es que ese es el problema Lo, no quiero dormir.
Susurró entre besos.
-Hazme el amor, por favor.
Tomé su cara con mis manos y nos miramos fijamente.-No tienes que pedírmelo Camz, no he sacado esa idea de mi cabeza desde que estuviste sobre mi, lo necesito también.
Besé sus labios con desesperación y cuando me sacié de toquetear su cuerpo desde esa posición, la hice recostarse en la cama.-Espera.
Dijo separandose de golpe, provocando más ansiedad. Ella no podía pedirme parar ahora, no por tercera ocasión en el día.
Intenté recostarla pero ella se resistía, me quejé mientras jugaba con la piel de su cuello.
-Dios, Lo, espera.-¿Que? ¿Que pasa?
Pregunté enfadada. Ella se rió.-Sólo quería decirte que bloquearás la puerta.
Yo gruñí y Camila soltó una risita divertida. Entre quejas salí de la cama para bloquear la maldita puerta y evitar que alguien interrumpiera.
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Sólo tú y yo
FanfictionCuando salí de mi casa y esa ciudad tenía dos ideas muy claras, uno; olvidaría para siempre a Camila Cabello y dos; volvería sólo para demostrarles lo que era triunfar en la vida.