Capítulo cuarenta y dos.

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-Estoy muy confundida entre el vestido floreado azul o la pollera de jean color azul oscuro y la musculosa de lana blanca.- dijo Jenny mientras miraba de un lado a otro los conjuntos que tenía preparado sobre la cama. Paola, a su lado, miraba el vestido y su mente se perdía en las flores de colores que la decoraban.

-Te amo.- le dijo él con sus dulces y enormes ojos que se adentraban en ella con sólo una mirada. Lucas sonaba tan sincero cuando decía aquella frase que Paola se asustaba de sólo creerlas verdaderas. En ese tiempo, ambos aún eran dos novatos en el amor, juntos eran diferentes, una llama ardiente que se consumía con las caricias. Los besos eran ráfagas de viento que azotaban sus corazones, eran uno mientras estaban juntos. Pero él había hecho hasta lo imposible estos últimos días por romper esa conexión que tanto les había costado construir.

- La musculosa de lana me gusta muchísimo, creo que deberías usarla con la pollera de jean y las botas marrón caoba.- le recomendó Paola. Luego de centrarse en la pregunta de su amiga, se echó a la cama, y observó el techo. Y se quedó allí, perdida entre recuerdos.

Jenny mientras se cambiaba, percibió el estado de ánimo de Paola, y supuso que no era por la condenada fiesta a la que debían asistir, algo más le ocurría. Con un conjunto de ropa interior blanco, se observaba en el amplio espejo que decoraba su armario. De los pies a la cabeza, se colocó la musculosa de lana holgada, y la pollera, y se observó una vez terminó de arreglarse, luego con sus ojos buscó a Paola para que su opinión sea favorable. Pero paola seguía perdida.

Se sentó frustrada en el suelo acolchado con una alfombrada violeta, se colocó una bota y antes de calzarse con la otra, miró a su amiga y le tiró una almohada.

-¿Qué te pasa?- le preguntó Paola levantándose de pronto con desconcertación.

-Eso es lo mismo que yo quiero saber de ti. - respondió vistiéndose con la otra bota. Se levantó y apoyó las manos sobre sus caderas. - Si es por Lucas, te entiendo. También lo voy a extrañar, muchísimo, es mi mejor amigo, pero quedé con él para que en algún fin de semana de las vacaciones encontrarnos y vernos y charlar. Así de simple. Y es también lo que tú puedes hacer, ¡así que basta de caras largas Pao ! - refunfuñó ella levantando los brazos.

-No es eso.- dijo Paola, se sentó y apoyó sus brazos en las rodillas.

-¿Entonces qué es ?- preguntó curiosa Jenny.

- Se está alejando de mí, y no lo entiendo. Ya sé que nos vamos a distanciar, lo entiendo y es lo que más odio en este momento. Pero deberíamos disfrutar de los últimos minutos juntos, y el se empeña en destrozarlos y alejarse de mi todo el tiempo.- soltó de un suspiro la rubia.

- Hasta ayer estaban bien... se los veía bastante felices.- Jenny se sentó sobre sus pies, otorgándole una gran atención.

-Si, hasta ayer. Hoy se levantó muy raro, me trato como si no me quisiera más...- se quedó en silencio unos minutos.- Estuvimos juntos, pero el parecía enojado, furioso. Me jalo del pelo y me lastimó muchisimo. Físicamente y emocionalmente. No entiendo qué está haciendo...o porqué.- restregó sus manos sobre sus muslos, calentando sus palmas como si sintiera frío. Jenny la observó por segundos y luego pensó. Era un estúpido.

-No quiere despedirse, y busca la manera más sencilla para hacerlo. Que lo odies y que no lo quieras volver a ver más. Es simple, por eso te trata así, es una rápida y fácil despedida.- dijo con una sonrisa de pena en su rostro y con los ojos entrecerrados. - Creo.

-Si, debe ser eso.- peinó un mechón de cabello con una mano, y luego se levantó bruscamente.- Tengo que hablar con él, despedirme bien. No puedo dejar las cosas así.- se encaminaba hacia la puerta hasta que Jenny la detuvo.

Déjame amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora