Capítulo cuarenta y seis. (Final)

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Dicen que cuando una parte de tu vida comienza a ir bien, otra parte comienza a ir fatal. O también que en el final las cosas mejoran, y que si aún no mejoraron y van terriblemente pésimas, signfica que aún no has llegado al final. Bueno, las contradiccions suelen ocurrir, y aunque las cosas tienden a mejorar éste no es el caso. Por el momento.

La cabeza le daba mil vueltas, la habitación era un círculo de objetos girando, como una ruleta, pero con muebles y ropa. Se levantó por el sobresalto de una televisión encendida, justo en el canal de noticias. Se restregó la cara, y se rascó la cabeza.

-¿Qué pasó?...- se preguntó en un susurro mirando a su alrededor. Volvió a recostarse sobre la cálida cama que olía a cervezas, marihuana y cigarrilos, y sin querer, chocó con el cuerpo de alguien. Su espalda, para ser más precisos.

Durmiendo con el pecho recostado en el colchón, con la cabeza sobre la almohada y con una fina sábana azul con rayas rojas cubriendo desde su cintura para abajo, se encontraba un fornido y musculoso muchacho, que con una mano abrazaba la almohada que cubría su rostro y la otra colgaba fuera del colchón.

Paola maldijo para sus adentros en cuanto vió a ese chico. No sabía cómo había llegado allí, pero deduzco lo que había pasado, ya que al observar su cuerpo pudo divisar marcas en su cuellos y mordeduras en sus brazos, y también notó que estaba completamente desnuda.

Asustada, y con la vaga inclinación de que había engañado forzosamente a Lucas, se levantó de un salto, y comenzó a vestirse. Enojada consigo misma, lloró en silencio mientras que el chico permanecía inmóvil en la cama.

Se colocó el vestido con la cara húmeda y cubierta de lágrimas, y buscó entre la cantidad de cosas desparramadas que había en el suelo, su celular o cualquier celular para llamar a Jenny y preguntarle qué había pasado la noche anterior.

-¡Aléjate de ella!- gritó el padre cuando ingresó al cuarto y los vió juntos. Se acercó a Emmanuel y lo agarró del buzo, lo tiró hacia atrás y éste cayó de bruces al suelo. El padre lo arrastró hasta sacarlo de la habitación, con los pies o arrastrando, pensaba sacarlo de allí.

-¡ Papá, espera !- gritó Jenny que quizo llevantarse par ayudarlo, pero los cables conectados a sus brazos le impedían realizar movimiento alguno a no ser que sea llevándose los cables consigo o sacándoselos bruscamente. Lo cual hizo.

La enfermera corrió a su lado para que no hiciera algo estúpido como arrancárselos, pero para cuando quiso detenerla Jenny ya estaba agarrando a su padre de la chaqueta y empujándolo hacia atrás.

-¡Dios, maldita sea, eres un animal !- le dijo con el ceño fruncido. Con la bata que le alcanzaba las rodillas, y con los agujeros en los brazos por las agujas, Jenny se agachó hacia donde estaba Emmanuel y lo ayudó a levantarse.

-¿Estás bien?- le preguntó mirándolo con preocupación. Él parecía aturdido, pero apesar de eso y de su extrema y disgustante palidez, se encontraba perfecto. Sólo un poco mareado por el subidón de adrenalina que había tenido con su amada hacía unos minutos atrás y por la terrible interrupción que lo llevó a rastras por el suelo hasta sacarlo de la habitación.

-Si, si. Sabes, estoy empezando a reorganizar mi memoria y creo que los problemas me están afectando un poco. Sólo un poco.- hizo una mueca con su mano para mostrarle su nivel de estrés. Jenny se rió y luego lo besó en los labios.

-¡Jennifer!- le gritó el padre al ver la muestra de amor que presenciaba.

-¡Ay dios, ya basta papá! ¿Porqué simplemente no puedes aceptarlo? ¿Tan difícil te parece?- la irritación la estaba colmando y una punzada en la parte trasera de la cabeza la detuvo para reaccionar ante el dolor.

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⏰ Última actualización: Aug 26, 2014 ⏰

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