Capítulo diez.

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Desde aquél acontecimiento con Danielle, habían salido varias veces, habían desayunado, almorzado y cenado casi la mayoría de los días. Tenía que aguantarla hablar de la moda, sus uñas, y su trabajo. Aveces se ponía insoportable con sus quejas y críticas hacias las demás personas, pero esperaba siempre ansioso a la noche. Donde se consumían el uno al otro, cumplían sus fantasías y lujurias, se besaban apasionadamente y lo hacían en la mesa de la cocina. Danielle le gemía en el oído, lo cual lo excitaba demasiado, y se lo hacía más rápido, con mayor velocidad y placer. Las horas transcurrían y las noches se volvían más calurosas. Hasta que el sexo no vastó, Danielle quiso empezar algo que asustó a Emmanuel, una relación.

-Quiero tener una relación contigo. Novia, novio, sabes a lo que me refiero.- le dijo impertinentemente adelante de Jennifer. Se encontraban en su oficina del instituto. Jenny todavía debía cumplir sus horarios extracurriculares con su profesor de Historia.

Estaban corrigiendo unas tareas del segundo año, Jenny buscaba algunas palabras en el diccionario, mientras que Emmanuel se reía por lo bajo de ella.

Sin golpear, sin pedir permiso y, principalemente, sin excusar a la alumna que se encontraba allí, entró precipitadamente y lo soltó.

Emmanuel quedó estupefacto ante tal proposición, y avergonzado por sacar a la luz su vida íntima en frente de una alumna.

-Mira...mmm, ahora estoy...- le mostró las hojas rayadas con palabras en ella, y le señaló a Jenny.-...después hablamos.-

-Amoor, ¡No! Decime si o no. Nada más.- la insistencia lo incomodaba más aún.

- Ahora no Danielle.-

-Si o no.-

-No.- el silencio inundó la pequeña oficina.

-Yo...voy al baño.- dijo Jennifer que presenció lo ocurrido allí. Antes de irse, se paró en la puerta y hizo una señal demostrando lo impertinente que era Danielle. Emmanuel la vió, y asintió con la cabeza.

-¿Porqué no?- se acercó al escritorio.

-Danielle, mira. La pasamos genial juntos, encerio, pasé los mejores y más sensuales momentos contigo.- rió- Pero no quiero una relación ahora, de verdad, además, quería decirte...que necesito espacio.-

Le cayó como una bolsa de agua fría, sintió como esa bolsa se rompía al chocar con su cabeza, y la recorría con la helada agua.

-¿Espacio? ¿Estás terminando conmigo?- dijo a punto de llorar. Era igual de tonta cuando hablaba y para enfrentar las cosas.

-Emmm, sí. Eres genial, sin duda, pero...no...te....quiero.- dijo entrecortado.

-Bien, yo nunca te quise, además, una cosita dulzura. Eres malo en la cama.- agarró su bolsa, su bufanda que había arrojado en el sofá de la oficina, y, para despedirla, Jenny apareció de repente y la escoltó afuera, le hizo una reverencia y le cerró la puerta en la cara. Emmanuel rió por ello, y la miró divertido.

-Guauu...profe, que...-

-¿Impertinente?- la interrumpió.

-Loca, ¡Qué loca! Já, que buena salida Emma, la dejastes de la forma más rápida y sin resentimientos, olvidate, ella va a seguir muerta por vos.- le dijo en sarcasmo.

-Es la primera vez...-

-¿Que deja a una histérica? Tranquilo, van a aparecer más, sin duda.-

-No. La primera vez que me llamas por mi nombre, y no me decís profe o profesor.- le sonrió y la miró, tratando, capaz, de incomodarla. Pero ella era más rápida, más perpicaz y más ingeniosa. No se incomodó, en lo absoluto, sino que lo incomodó a él. Coqueteándole.

Déjame amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora