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–   ¿En dónde estabas? – fui a la cafetería encontrándome con Raquel y Wendy.

–   Por ahí – dije – salí temprano de clase y fui a pasear.

–   Me hubiera gustado salir temprano como tú, mi hermano está algo raro y no logré soportar su humor.

–   ¿Cómo? – dijo Wendy confundida.

–   Si, llego a contestarle mal al profesor, ya sabes – rodó los ojos – pero no lo sé, como que algo le inquietaba.

–   Yo creo que Yannel le hizo algo, sabes cómo lo saca que quicio.

–   O tal vez...solo tal vez...fui yo – rasqué un poco mi cabeza, algo nerviosa.

–   ¿Por qué? – dijeron al unísono esperando impaciente mi respuesta.

–   Choque accidentalmente con él y se portó egocéntricamente. Así que le dije que su nombre me recordaba a la película de Monsters Inc. – ellas soltaron varias carcajadas – No se rían, es un pésimo insulto. – me crucé de brazos.

–   Lo hiciste genial Chels. – Wendy me dio palmadas en la espalda.

–   No claro que no, el...

No pude terminar de hablar, ya que sentí una sustancia liquida recorrer por todo mi cuerpo. Los rostros de mis amigas eran para una foto y pienso que la mía también.

–   ¡Ups! – reconocí la voz al instante – se me resbaló, lo siento.

Oliver comenzó a reír y se unieron los demás. Estaba roja de la vergüenza o tal vez de la furia, pero creo que era más por la primera. Sabía que ese idiota no me iba a dejar de molestar de la noche a la mañana.

–   ¡Eres un imbécil Oliver! – se interpuso Raquel.

Vi el plato de Wendy, ella también estaba comiendo sopa, así que la Chelsea malvada tuvo una gran idea. Agarré el plato y lo derrame de la misma forma que él lo hizo contra mí. Todos soltaron un gemido de sorpresa y al instante se quedaron callados. Oliver estaba hecho furia y creo que podía notar el color rojo en su rostro. Harold veía la escena desde atrás igual de sorprendido que todos.

–   Ya estoy harta de ti – escupí molesta – ¡Déjame en paz! – me tomó bruscamente de mi brazo haciendo que soltara un gemido de dolor.

–   Ni te atrevas Oliver – Randall aparto su brazo del mío – es una mujer, ten más respeto imbécil.

El idiota no dejaba de mirarme y sabía perfectamente que estaba en problemas, pero en serios problemas con él. Su amigo lo saco de la cafetería antes de que lugar se volviera un ring de Boxeo.

–   Ve a darte una ducha...hueles mal – añadió Randall yéndose al instante. Ni siquiera puede darle las gracias.

Las chicas y yo corrimos hasta nuestra habitación para bañarme. Estaba molesta conmigo, digo, me defendí y le di una cucharada de su propio chocolate, pero aún así es frustrante que todo lo que haga para Oliver este mal y quiera desquitarse conmigo. Y no lo voy a negar, me aterra lo que ese idiota pueda hacerme.

Vuelve a mí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora