Vuelve a mí (Terminada)

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Llegué justo a las nueve al internado, algo cansada. La historia que le dije a mi mamá acerca de una tarea no fue mentira después de todo. Mi profesora de sociales si nos dejó un trabajo para hoy y valía tres puntos, tuve que desvelarme toda la noche.

Karma le dicen.

Traía una falda de mezclilla, me llegaba un poco más arriba de la rodilla, una playera color amarillo mostaza y unos converse blancos. Me alegra poder haber traído más ropa al internado.

–   Hoy te ves demasiado linda – comento Wendy, una vez llegando al dormitorio.

–   Gracias – sonreí – aunque tú no te quedas atrás – ella rio – por cierto, te entregaré la ropa que me has prestado.

–   No, no hace falta Chels, esa ropa ya no me queda y a ti si – sonrió.

–   Gracias, no sé cómo pagártelo.

–   No te preocupes, eres mi amiga. ¿Cómo te fue con tu mamá?

–   Bien, me sirvió mucho estar con ella.

–   Me alegro.

Me despedí de Wendy y caminé hasta mi salón de clase. Aprovecharía para repasar mi trabajo de sociales, solo si a la maestra se le ocurre hacer examen sorpresa acerca de esto. Entre al salón, ya lleno por cierto y tome asiento. Esta clase me gustaba porque no la compartía con Randall o con cualquiera que me molestara.

–   ¿Ya vieron la cara de Harold? – rio un chico – Randall le dejo la cara desfigurada, literal.

–   Randall tampoco se queda atrás – agregó una chica – la pelea estuvo demasiado buena.

Me estremecía a cada momento que hablaban del enfrentamiento que tuvieron ellos dos. Sentía la necesidad de ir con Randall y ver que estuviera bien, pero muy en el fondo sabía que podría cometer un error y que lo mejor era no meterme en esto. La profesora entro al salón pidiendo la tarea que nos había dejado. Fui una de las primeras, pero por alguna extraña razón comencé a sentirme muy mal, me dolía la cabeza y el estómago.

–   ¿Señorita Griffin, está bien? – hasta la maestra había notado que me encontraba mal.

–   No ¿Puedo salir un momento profesora? Me siento mal.

–   Claro, sal con cuidado por favor.

Tomé mi mochila y salí del salón de inmediato. Amaba a mi profesora y a veces la odiaba por toda la tarea que dejaba. Justo cuando caminaba por los pasillos mi estómago y mi cabeza dejaron de doler. Respire un par de veces ¿Qué me estaba pasando? Tal vez me abrumaron los comentarios hacia aquella pelea. Necesitaba saber cómo se encontraba, aunque lo siguiera odiando. Y parece que el destino esta de mi lado.

A lo lejos pude ver a Randall con Dallas platicando. Parecía que este último regañaba al pejelagarto y el solo miraba a un punto fijo. Sin dudarlo y con un poco de miedo, camine hasta ellos. En estos momentos no me importaba que no nos habláramos o que me haya roto el corazón. No quería que se metiera en problemas o tal vez solo quiero hablarle.

–   ¿Randall? – Dallas paro de hablar y entre los dos me miraron.

–   ¿Qué quieres? – tenía tiempo que no escuchaba su voz.