Vuelve a mí (Terminada)

02

Aclaración: Está historia NO ES SOBRE  un triángulo amoroso.

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Ya estaba aquí, en Rider Hall.

El fin de semana se me pasó demasiado rápido y eso fue gracias a todas las cosas que hice. Y justamente olvidé que hoy era el inicio de mis clases. Mi mamá se acaba de ir, así que oficialmente estaba sola en este enorme lugar. Con mis maletas camine algo nerviosa por los grandes jardines y el estacionamiento. Donde si, había autos lujosos y unos más que otros. El internado es inmenso y creo que ya debo de dejar de decir que todo está fuera del tamaño normal. Los edificios modernos se veían espectaculares, aunque los colores azul, gris y rojo no me convencían del todo. Sin mucho que decir, ya que literal caminaba con la boca abierta de la impresión, llegué hasta las oficinas principales. Había gente de un lado para el otro con todo un descontrol y con papeles por todas partes.

–   Eh...Hola, buenos días – hablé llamando la atención de la secretaría.

–   Hola linda, buenos días ¿En qué puedo ayudarte? – tenía puesta su mirada en una gran montaña de papeles.

Genial, me dice linda y ni siquiera me miro.

Ok, bromeo.

–   Soy nueva – sonreí – soy una de las becadas.

–   Oh dios santo – me miró – lo siento por todo el desorden aquí. – soltó una risa nerviosa – No somos así, es solo que este día es de locos.

–   No se preocupe. – apreté el mango de mi maleta, creo que hasta estaba sudando.

–   Eres la última becada en llegar – abrí los ojos algo sorprendida. ¿Así que no seré la única becada? Interesante – El director ha aceptado tu petición, así que empezarás segundo año sin problema.

–   ¿En serio? ¡Eso es genial! – añadí con emoción y una enorme sonrisa en mi rostro.

–   Tus calificaciones de tu antigua escuela llegaron y eso convenció al director. – dejó lo que estaba haciendo y se acercó a mi – Acompáñame, te enseñaré tu habitación ¿Quieres que te ayuden con tus maletas? Le puedo decir a alguien que...

–   No, yo puedo sola, gracias.

Y en ese momento creo que debí de pedir la ayuda.

Estuvimos recorriendo todas las instalaciones del internado – o casi todas – la cafetería fue mi lugar preferido, era hermoso y muy moderno. Al igual que el campo de futbol americano y una gran pista de atletismo. Por lo que me dijo Marcela – la secretaría del director – todos los alumnos se encontraban en el gimnasio principal para la ceremonia de bienvenida. Así que por el momento no me he encontrado a ningún estudiante.

–  Este es la zona de las chicas, aunque bueno, eso da igual. Aquí no siguen las reglas. – fruncí el ceño.

–   ¿Por qué? – la mire curiosa.

–   Cuando todos los alumnos son hijos de personas importantes nada se puede hacer contra ellos.

–   Ah, entonces era cierto – susurré para mí – pero eso no les da derecho ¿O sí?