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¿No les ha pasado que mientras están durmiendo sienten a alguien que los observa? Y aunque es perturbador yo sentía una presencia a mi lado.
Comencé abrir mis ojos lentamente encontrándome con Randall sentado a lado de mi cama. Asustada me levanté y miré mi reloj. Me había quedado dormida por cuarenta minutos.

–   ¿Qué haces aquí? – pregunté nerviosa.

–   Yo... – suspiró – quería pedirte una disculpa, estuvo mal no tomar enserio ese tema, solo era una broma.– ni siquiera me miraba ¿Realmente son sinceras sus disculpas?

–   Es muy amable que hagas esto – comenté – pero no sé si son reales tus disculpas.

–   Lo son, así es mi cara solamente – su comentario me hizo reír.

–   ¿Por qué golpeaste a Oliver? – pregunté de repente.

–   ¿Por qué no me dijiste que él había sido el que te golpeó? – contraatacó, su rostro cambió de repente y se notaba molesto.

–  ¿C-como... – carraspeé – Ya te dije muy bien que me golpee con...

–   No me mientas Chelsea – se levantó dispuesto a marcharse – y espero que para la próxima no nos mientas. – se refería también a los chicos.

–   No, no, espera – lo detuve – Él creerá que yo te dije y...

–   No te hará nada – me miro, creo que mi cara de preocupación me delataba – y si lo hace me lo tienes que decir a mi ¿Entendiste?

–   Esta bien – murmuré – gracias por preocuparte por mí. – Randall se tensó en cuanto dije esas palabras, apretó ligeramente su mandíbula y tenía los puños cerrados. Creo que no le gustó mucho que dijera eso – ¿Por qué me odias? – susurré y eso solo lo pensé, pero al parecer lo dije.

–   No te odio, no tengo ningún sentimiento hacia ti.

–   ¿Entonces porque te preocupas tanto? – logré levantarme de mi cama para acercarme a él – ¿Por qué reaccionas de esa manera?

–   Mira niña, si te soy sincero solo me acercaría a ti para follarte. – fue inevitable abrir mi boca mostrando asombro – pero no vales la pena, tienes demasiados problemas.

–   Eres un imbécil.

Pero al menos fue sincero, es lo que pensé.

–   Si lo que digas – No le dio importancia – Si Oliver te hace algo...me lo dices. – su rostro estaba serio – Olvidemos estos temas, no queremos que te suceda lo mismo que Jennie.

No tenía palabras para hablar, él simplemente salió de mi cuarto hecho furia. Azotó tanto la puerta que creo que, si alguien la volviera abrir, esta se caería. Cerré mis ojos tratando de tranquilizar mi respiración y así evitar soltar una que otra lagrima. Jamás podré tener una conversación normal con ese idiota.

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Vuelve a mí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora