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Abrí lentamente mis ojos, no había tanta luz en la habitación y eso me confirmaba que dormí más de lo que esperaba. No obtuve ninguna pesadilla, eso me aliviaba un poco, porque solo necesitaba bloquear esos pensamientos y descansar.

Me levanté de la cama para poder acercarme con lentitud al balcón para apreciar la hora dorada como dice Tracy. Los colores del cielo eran hermosos, tonos amarillos, naranjas y azules se veían tan espectaculares juntos, tanto que lograban tranquilizarme.

–   Nena. – Di un brinco del susto al escuchar la voz de Randall. No había hecho nada de ruido al entrar o tal vez yo estaba tan concentrada en el cielo que ni lo escuche.

–   Randall...– Sin pensarlo dos veces, corrí hasta sus brazos y rompí en llanto.

No soy fan de llorar frente a las personas, siento que no me veo nada agradable, pero era lo que necesitaba ahora mismo.

–   Estoy aquí Chels, estoy aquí.– me rodeo con sus brazos y me acercó mucho más a él.

–   Oliver – sollocé – el me tocó Randall, el trato de abusar de mí...

–   Lo sé me lo dijo todo Billy – noté como apretó su mandíbula fuertemente – me la va a pagar y muy caro, te lo prometo.

–   Randall, si haces algo, seguirán empeñándose a hacerme daño. – me separe de el para mirarlo a la cara – eso es el plan de ellos.

–   ¡Por dios Chelsea! Conocemos a Oliver, trato de matarte en un incendio, ahora ese hijo de puta tuvo el descaro de...– respiró un par de veces tratando de no perder el control – El punto es que hagamos lo que hagamos ellos seguirán jodiendo. No voy a permitir que te sigan haciendo daño y si los tengo que enfrentar cara a cara lo voy hacer.

–   ¿Y qué haremos? – murmure.

–   No lo sé, tengo que pensarlo, pero antes quiero que me cuentes que ocurrió realmente Chels. – Remoje mis labios y tragué un poco de saliva.

–   Está bien – murmure no muy segura. Le tuve que contar todo a Randall, desde el momento en que encontré el peluche hasta cuando Billy me dejo en mi habitación. No le gustaron para nada los detalles y por un momento me arrepentí en haberlos dicho.

–   ¡Ese hijo de puta! – gruño, pasaba su mano una y otra vez sobre su cabello.

–   Randall tranquilo – limpié mis ojos, pero al instante se volvieron a humedecer – por favor, no te descontroles, no ayuda de nada.

–   ¿Como no quieres que me descontrole? – me miró – ¡Ese imbécil te tocó Chelsea y tuvo él descaro de decirte todas esas barbaridades! – se calló, me dio la espalda – está muerto.

–   Randall por favor...

–   ¿Quieres que te siga haciendo daño? – me miró, negó repetidas veces con la cabeza – No, no lo voy a permitir.

–   Dejemos de pensar en eso...

–   ¡Chels, demonios! ¿Cómo puedes estar tan tranquila? – solté un par de lágrimas.

–   ¡Porque no quiero recordar la manera en que me toco!– me exalte, sollocé un par de veces, en la mirada de Randall había dolor – Joder, es horrible, no quiero estar pensando lo sucedido todo el tiempo...– chille – solo quiero que estés conmigo...

–   Perdóname, sé que esto es difícil para ti – se acercó a mi para tomar mi cara entre sus manos, yo me sentí bien a su tacto – pero debes de entenderme a mí, me hierve la sangre el pensar que la misma historia se repite. – No había pensado eso, la madre de Randall vivió lo mismo y fue mucho peor que yo.

Vuelve a mí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora