24

31.8K 1.7K 417
                                    

.

La hora de la fiesta daba comienzo. Había llegado un poco tarde junto con mis amigas, ya que no se decidían que ponerse, pero no importa. Observé atentamente todo el jardín. Estaba repleto de alumnos y había de todo, como bebidas, comida de distintos lugares del mundo y la iluminación era increíble, hasta un dj animaba el ambiente. También habían puestos de juegos como si fuera una feria y eso sí que era divertido. Me llamo la atención la pista de baile y ahí estaba León bailando con unas chicas. Reí al ver como se movía y creo que también las chicas estaban encantadas con su actitud. Sinceramente no me importaba mucho venir acompañada, porque era un fiesta común y corriente. Sin querer busqué con la mirada a Randall. Tenía mucha curiosidad con quien se encontraba.

–   ¿Buscas a mi hermano?

–   No, a León – mentí.

–   Si claro – soltó una risa – está en una de las mesas de al fondo y no ha dejado de verte desde que llegaste.

Seguí a las chicas hasta la barra. En ningún momento volteé a ver a Randall, porque me daba pena y aparte se supone que estamos enojados. Debo hacerle creer que no me importa en lo absoluto. Todas pedimos un trago para poder refrescarnos y tuve la tentación en mirar para la mesa donde estaban nuestros amigos. Estos parecían demasiado felices, riendo y disfrutando de la noche. Hasta el pejelagarto que siempre se mantenía serio estaba sonriendo como el gato de Alicia en el país de las maravillas. ¿Acaso no se puede ver más guapo? Traía un pantalón de mezclilla oscuro, camisa roja, una chaqueta negra y su cabello perfectamente peinado. Quité la mirada de inmediato cuando puso sus ojos en mí. Creo que me encontraba roja como mi vestido y vaya, sin querer habíamos combinado en nuestros atuendos.

–   Oye, ahí esta León. – Wendy me señalo el lugar donde estaba y a pesar de que ya lo había visto, fingí sorpresa y me separé de ellas. Y fue en el momento justo, ya que nuestros amigos se acercaban a nosotras. Llegué hasta mi nuevo amigo, me sonrió y me dio un beso en la mejilla.

–   Te ves bien, amiga. – sonrió.

–   Creo que ya has tomado de más – sonreí. – pero gracias.

–   Llegaste a penas o... – dejó de hablar y lo vi tragando saliva con dificultad.

–   ¿Qué te pasa? – pregunté confundida. León miraba algo detrás de mí.

–   Ah, es que no sé si conozcas a Randall – asentí – Pues el no deja de verme feo. – quise reír – Créeme que si sus ojos fueran pistolas yo ya estaría demasiado muerto.

–   Ay, como crees – reí nerviosa, porque tenía razón – solo no le hagas caso.

–   ¿Crees que logremos ponerlo celoso? – el me sonrió con malicia.

–   ¿Celoso? Él y yo ni siquiera somos amigos, así que no debes de preocuparte. – le resté importancia.

–   Bueno, haremos una prueba.

Yo la miré confundida y me sobresalté cuando me tomó de la cintura acercándome a él lentamente. Tragué en seco, pues hicimos un leve contacto visual y no, no sentí nada por si se lo preguntan. Mis manos sudaban porque sabía que esto no sería buena idea. Nuestros labios estaban demasiado cerca y León me susurro "no te besaré, solo fingiré que te besaré". Simplemente asentí.

Vuelve a mí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora